martes, 23 de diciembre de 2008

Parte dos - Día seis

Día seis: Munsser.

Thorkul frenó. "Yo me encargo" dijo el Nordo, sorprendiendo completamente a todos.

- ¡Tonto, inútil!
- ¡Uf!
- ¡¡Goll!
- ¿Eh?

Los caballeros del norte corrieron atravez del enorme y horroroso gusano. Bajaron de él y se encontraron con un horrible guerrero espectral.

- ¿Lo de siempre?
- ¡Lo de siempre!

Thof se deslizó por debajo de aquella figura fantasmal. Llamándole la atención.

- ¡Ey, feo! -Le gritó Goll
- ¿¡Pero qué están haciendo!? -Se preguntaron las hechiceras.
- ¡¡Ni siquiera sabés agarrar una daguita!! ¿¡Cómo pensás matarnos con esa espadota!?
- Jeje

Evendim lanzó un hechizo hacia el Nordo que lo estaba burlando, haciendo que su maná desaparezca y que él se debilite.

- ¡Es la furia de Evendim, Goll! No continúes luchando
- Ja... Maldito fantasma

El espectro estaba por atravesar su enorme espada en aquel caballero, pero esta salió volando junto con un escudo alsirio.

- ¿Te creías que era fácil matarnos? ¡¡Juntos somos más poderosos que todo en el mundo, armadura flotante!! -Gritó el otro.

Goll se paró y comenzó a correr hacia él con el escudo cubriéndolo, el cual chocó contra su coraza. Evendim voló por los aires como su arma anteriormente.

- ¡Envesiel Mid! -Gritó.
- Dice que morirán -Le tradujo Leesa, ya que la princesa no podía ni hablar.

Los Nordos se unieron. Sonrientes como nadie. Alegres de tener un nuevo reto. De repente vieron una luz envolviéndolos.

- No podían prohibirme el placer -Dijo Íewen, ahora al lado de ellos.

Se prepararon, se pusieron en modo de combate, estaban listos para enfrentarse.

- ¡¡¡AAAAAAAAAAH!!!

. . .

- ¿M-Murió? -Preguntó Khor tartamudeando.
- No, ya estaba muerto... Ahora está en la tierra de los muertos, otra vez -Corrigió Leesa.
- De seguro la extrañaba, jeje -Bromeó Thof- Bueno, ahora sólo nos queda buscar a la amada de nuestro querido amigo y a la bella princesa de Ignis.
- Conseguí su nombre, señor Dikamin
- ¿Sí?
- Se llama Dusmirild -Dijo Torg.
- ¿Corazón de dragón? Pero creí que su nombre era syrtense. Ella nació antes de que el rey de Syrtis desterrara a los ahora ignitas y a su hermano.
- Sí, pero el padre le cambió el nombre por lo que sé.
- Antes se llamaba Munsser que significa "Bello Cielo" -Comentó Vingüet que desde que se encontraron con Evendim que no hablaba.
- Vamos a buscarlas, así que vallan subiendo -Anunció la hechicera.

Un tiempo después, debajo de la ciudad de Medenet (10:00 de la mañana)

- ¿Mmm? -La syrtense se extrañó, ya que la princesa había frenado.
- Esmerold Ger
- Lo lamento, no entiendo ignita... Pero... ¿Qué es ese ruido?

Se dio vuelta y se encontró con un enorme y monstruoso gusano. Recien después de unos minutos se dio cuenta de que había gente encima del bicho.

- ¿Jean-Luc? -Preguntó al ver al Alturian con la mirada en blanco.
- ¡¡Livh!! -Gritó Goll bajándose de Thorkul- ¡Perdón por gritarte!
- ¿Ya encontraste a tu amiga?
- Sí, está montada en el gusanote -Dijo sonriendo. Luego miró a la princesa y la reverenció- Sumajestad...
- ¡Jean-Luc! ¿Omne Dussin?
- Enm. ¿En Imna Dussin?
- Livh Sínmarin -La semielfa miró a los alrededores del tirador y se encontró con la pacífica mirada de Leesa- ¿Quién es ella?
- Leesa Lipkit, la loca que ya no está loca -Contestó Goll.
- Gracias, creo -Rió la hechicera.
- ¿Habla alsirio?
- Sí, también syrtense... Pero eso no importa ahora -Dijo Thof de repente- Ahora lo único importante es salir de acá
- Seguro Daen-Rha nos está esperando en alguna parte de los túneles, para vengarse de mí -Leesa puso la mirada en blanco. Había oído algo- ¡Todos arriba de Thorkul! Vamos a aplastar al Ígneo de una vez

Yendo a toda velocidad. Arrasaban con todos los bichos que aparecían, aunque no eran muchos. De repente se escuchó un ruido como si una fruta muy jugosa hubiera explotado. Se asomaron a la cabeza del gusano y se encontraron con piel Ígnea y mucha sangre de un color extraño, un color sin nombre exacto.

- Creí que los no-muertos no tenían sangre -Se extrañó Vingüet.
- Es sangre de Ígneo, lo único que seguía vivo dentro de Daen-Rha... -Explicó Íewen- Lo que murió en esa batalla era el alma del elfo oscuro que habitaba antes en ese cuerpo.
- ¿Ya podemos subir? -Preguntó Khor tímidamente.

La respueta de Leesa fue una sonrisa. El enorme gusano subió. La hechicera hizo el encantamiento para dormirlo que había utilizado muchos años atrás otro ignita.

Se tiraron en el verde pasto. Estaban cerca del puente negro, del lado de Ignis. El Alturian miró el cielo pronunciando la palabra "Munsser". Dusmirild se dio vuelta y le sonrió. Jean-Luc le respondió la sonrisa y se tiró en el suelo como habían hecho los demás... La primera sonrisa que le habían logrado sacar al tirador en todo el viaje, en las entrañas de la tierra.

Fin de la parte dos.

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