Día cuatro: Segunda parte
Subtítulo: Discipar Hechizo
- T-Torg... ¿D-Dónde estamos?
- Tengo menos idea que vos, amigo enano...
- Me acabo de d-dar cuenta de que la p-princesa no vino con n-nosotros
- ¿La princesa? ¿Hablás de Dusmirild?
- ¡Sí! Ella se quedó detrás de nosotros y desde que se fue Íewen que no la veo
- Al fin paraste de tartamudear, me estaba poniendo nervioso... Pero tenés razón con lo de Dusmirild -Se arrodilló y agarró un montoncito de tierra con la mano izquierda, mientras con la derecha sostenia el báculo- ¿Habrá usado el Indestempus?
- ¿Eso para qué servía?
- Es el hechizo que utilizó el pequeño Nordo para que ustedes no lo recuerden y la causa de que estemos en busca de Íewen
- ¿Pequeño Nordo? Si estás hablando de Soro te voy avisando que no es Nordo
- ¿No? ¿Qué es entonces? ¿Otro de sus amiguitos extranjeros?
- ¡Cuidado con cómo hablás sobre la señorita Livh!
- Si yo no fuera tan pacifista, ella ya estaría muerta -El seño fruncido del enano, protegiendo a la joven syrtense, hizo reir al Utghar
- Bueno, basta ya... Volvamos al tema inicial
- ¿Qué raza es el tal Soro?
- Pidió que no le preguntemos de dónde venía y obedecimos.
- Total, es tan solo un niño, ¿no? -Dijo sarcásticamente.
- ¡Si vas a seguir discutiéndome guardate tus palabras, porque yo no voy a oir más quejas sobre el joven Soro!
- Está bien, volvamos al tema de Dusmirild... ¿Cómo pensás que desapareció así tan de repente?
- Tal vez escapó sin que nos demos cuenta
- ¿Todo este tiempo creiste que estaba detrás tuyo?
- No, me di cuenta cuando nos dividimos en tres grupos. Pero cuando comenzamos a discutir a principios de camino me olvidé
- ¿Te olvidaste? -Preguntó con tono burlón.
- ¡¡¡PARÁ DE DISCUTIRME!!!
- Dijiste que no ibas a oir más quejas del joven Soro
- Nunca antes dije algo como esto, pero sos idéntico a un enano: cabeza dura y siempre provocando como un niño
- Shh... Vas a atraer a Thorkul -Lo calló- Ahora tratemos de pensar en donde estamos
- Pff... -El bárbaro se dio vuelta enfadado. Al hacerlo se encontró con una puerta- ¿Eso estaba antes?
Era bastante grande comparada con una puerta común. Más alta que la de la muralla y menos ancha. Era de madera con dibujos hechos en hierro. También las manijas lo eran. El marco era de un celeste grisáceo con pinturas blanca al rededor.
- No que yo recuerde -Se acercó caminando lentamente.
- Probá abrirla
- Si fueras cazador lo haría
- ¿Tenés miedo? ¡Creí que me querías intimidar!
- No era mi intención intimidarte. Además... No es miedo lo que tengo, sino precaución -Se dio vuelta para mirarlo a la cara- No como otros
- Soy bárbaro, creo que hasta hay una ley que dice que no tengamos precaución
- No me fastidies -Volvió a dar la vista a la puerta- Vení acá. Si viene alguien te pegan a vos
- ¿¡QUÉ!?
- Te voy a hechizar para que no te pase nada. Voy a estar atrás tuyo.
- ¿¡Y si viene Thorkul!?
- Hay más lugar para movernos acá. La sala es grande, ahora hacé caso
El enano, de malhumor, se puso delante de su compañero. Preparó el hacha y abrió la puerta... Una sala identica del otro lado
- ¿No hay nada?
- ¡No puede ser, es igual a la anterior!
- Mmm... Esto no me gusta, por el techo diría que estamos bajo agua, pero... -Miró por encima del hombro y la puerta no estaba- Como lo sospechaba. Este lugar está encantado por un hechizo de ilusión... El chico podría resoverlo fácilmente con ese libro
- ¿No existe un hechizo llamado...? Em... Algo así como... No recuerdo bien, disciplinar... desdecir...
- ¿Discipar?
- ¡Discipar hechizo! Eso es
- ... -El Utghar pensó y pensó- Es un encantamiento muy antiguo de los conjuradores, pero ni ellos lo usan
- ¿No sirve también para curar heridas?
- Sí, pero nadie lo usa para otra cosa que para eso y le llaman de otra manera... "Regenerar" si no me equivoco
- Qué lástima... Íewen nos serviría en un momento así
- ¿Por qué ella?
- Empezó siendo conjuradora. Luego aprendió hechizos de bruja y más tarde aprendió a utilizar los hechizos del libro.
- No había nadie en la otra habitación... ¿O sí?
Vieron a todas partes y no había nada. Una segunda mirada y apareció la puerta del otro lado de la sala.
- Sin duda es un hechizo de ilusión. Vamos, seguime.
Torg abrió la puerta y empujó a Khor a la otra sala. Luego desapareció la puerta y ambos quedaron en distintas salas.
- Así debería deshacerce la ilusión -Comentó para sí mismo.
La puerta volvió a aparecer. El Utghar la abrió y se encontró con Khor que parecía medio mareado, con Soro, con Thof y con dos más que no conocía, los cuatro desmayados.
- ¡Empuje mental! -Gritó, haciendo que los cuerpos dormidos se corran unos tres metros. Despertaron a causa del golpe por chocar contra la pared.
- ¡Agh! ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? -Comenzó a quejarse el Nordo.
- ¡Señor Dikamin!
- ¿Khor? Ahh, me siento mal
- ¿Ustedes también cayeron del túnel?
- Pero... -Dijo Soro al despertar- ¡Nosotros estabamos en Yirnna!
- ¿Así se llamaba el coliseo?
- ¿Qué coliseo? ¿De qué están hablando? -Cuestionó el brujo.
- Debe haber sido un sueño nomas
- ¡Pero si yo soñé lo mismo! Creo... -Estaban confundidos. Y ahí fue cuando despertaron los otros dos
- Ah... ¿Uk Nerruk? -Todos se dieron vuelta para contemplarlos
- ¿Qué dijo, Dikamin?
- Preguntó si ya se fue... ¿Uk Misd Nerruk? ("¿Ya se fue quién?")
- Eknita ("La loca")
- Habla de una loca -Con esperanzas de que sea un Nordo, se dirigió al arquero- ¿Tenés idea de qué está hablando?
- Emvessil -Respondió sin siquiera mirarlo.
- No, syrtense no sé hablar
- Qué lindo, tres alsirios, un ignita, un syrtense y uno que no tenemos idea de dónde es
- Cuando caimos del túnel aparecimos en un coliseo y luchamos con ellos -Comentó Soro.
- ¿No hay un hechizo para que nosotros escuchemos su voz hablando en alsirio en ese libro?
- Hay de todo, pero nunca pensé en eso... La mayoría de los hechizos son para esconderse, emboscar, luchar...
- Pero está el Intestempus
- Por algo dije "la mayoría" -El chico se puso a buscar en el mar de palabras extrañas que tenía en la mano- Mientras que Thof traduzca
La siguiente conversación fue hablada en ignita:
- ¿Quién es esa loca?
- Una hechicera, la que nos hizo esto
- ¿Hechicera decís? -El caballero pensó en la única hechicera que conocía- ¿Era Norda?
- No recuerdo, fue todo muy rápido
- Mmm... ¿En qué idioma hablaba?
- Sólo dijo una palabra larga y muy rara. Luego no sé qué pasó... Tuve un sueño muy extraño y ahora estamos acá...
- ¿Reconocés la palabra Yirnna?
- Sí, así se llamaba la ciudad en donde estaba en mi sueño... Y ellos tres también estaban
- ¿Estaban antes de que la hechicera pronunciara esa palabra?
- No, la primera vez que los vi fue en el sueño.
Les contó lo que había hablado con el ignita a los demás.
- Debe ser un sortilegio que encanta todo un lugar, por eso cuando Soro y Thof cayeron ya estaban soñando.
- Es posible... ¿Soro, qué significa "Emvessil"?
- No sé, tuve que olvidar mi experiencia en los idiomas syrtense e ignita para poder recordar estos hechizos
- ¿¡!?
- Qué chico más raro -Murmuró Torg. Vio una sonrisa risueña en la cara del elfo oscuro- ¿De qué se rie, Thof?
- Elv Nack du "chico" srark
- Dijo que le causa gracia la palabra "chico"
- ... -Su oído es muy bueno pensó el Utghar- Preguntale si escucha algo a nuestros al rededores
- ¿? -Soro recordó su sueño- Cuando estabamos en el coliseo podía escuchar muy bien
- ¿Ermerold ner?
- Og... ("Sí") "durkimneleesdut"
- Suena muy parecido a los hechizos del libro -Comentó Soro- Lo voy a buscar...
- ¡Paaaren un poco! -Gritó el caballero golpeando fuertemente el piso- ¿Qué hay de Íewen y los demás?
- Los demás son Livh, el señor Dusdak y la princesa -Dijo el enano- ¿O no?
- Sí, ¿qué hay de ellos? ¿Nos vamos a quedar acá buscando palabras que nadie conoce en esa especie de enciclopedia-diccionario hasta que venga el gusanote y nos coma?
- Estamos tratando de averiguar qué escuchó el ignita... Es posible que esté Íewen cerca porque esa palabra sonaba muy parecida, tal como dijo el chico, a los hechizos del libro. También es posible que esa palabra la halla dicho la loca que nos decía el ignita
- ¿Sospechás de alguien, Torg? -Preguntó el Nordo.
- Sí. ¿por?
- Porque acabo de recordar un sueño que tuve antes de caer al coliseo
Continuaron discutiendo sobre qué harían y qué pasaría. Thof les explicaba esa historia de la elfa oscura que se volvía loca. Los alsirios escuchaban atentos. El syrtense se había quedado con la mirada en blanco sin prestar atención a los demás.El ignita tenía el oído alerta. Y Soro buscaba las palabras que este le decía.
Intermedio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario