lunes, 22 de diciembre de 2008

Parte dos - Día cuatro

Día cuatro: ¿Terminó el paseo subterráneo?
Subtítulo: El Coliseo del Dragón Negro.

- ¿¡QUÉ!? -Se escuchó el grito.
- No puede ser...
- ¡¡AAAAAAAH!! ¡¡TANTO SUFRIMIENTO PARA ESTOOO!!
- ¿Sufrimiento? ¡Lo más terrible que te pasó fue tener sueño!
- O sos sordo o... ¡NO ESCUCHASTE LOS RUGIDOS QUE SALEN DE MI PANZA! Decime: ¿No te comerías un oso después de haber estado como tres días sin comer?
- No como mucho -Fue la simple respuesta de Soro- ¿Por qué Thorkul se habrá detenido acá?

Ambos contemplaron lo que tanto les había sorprendido. El camino que habían elegido no tenía salida más que por la que habían entrado.

- A ver... -Thof retrocedió unos siete pasos. Luego levantó la espada en dirección al frente y comenzó a correr hacia la pared de tierra que los había frenado.
- ¿¡Qué pensás hac...!?

Se escuchó un "PUM" y la pared y el techo cayeron encima de ellos. Cuando pudieron ver otra cosa que no sea tierra, se dieron cuenta de que estaban cayendo por un precipicio. Se escuchaban gritos, pero no eran de ellos... Eran de una multitud enloquecida. Abrieron los ojos y se encontraron en un coliseo. Este era enorme. En una columna que había en medio de la escalera para entrar había una estatua de un dragón envolviéndola con su cuello. Las tribunas estaban llenas. Ellos estaban dentro de la arena. Jeje, ¿estarán alentándome o pidiéndome autógrafos? se preguntaba Thof mientras Soro le señalaba dos personas en frente de ellos, un elfo oscuro mago y uno que podría ser Nordo, Alturian o Esquelio arquero.

- Los nuevos jugadores tendrán el placer de luchar contra los preferidos del público... -Se escuchó una fuerte y gruesa voz entre las demás- ¡¡Ujla y Usrrofh!!
- ¡¡EEEEEEEH!! ¡¡SÍ!! ¡¡VIVA!! -Gritaban eufóricos los de la tribuna
- ¿¡Qué es esto!? -Se preguntaba Thof desconcertado.
- Si es lo que creo que es... ¡Sí, debe ser!
- ¿¡QUÉ!?
- Vos sólo hacé lo que yo te diga
- Ujla prepara un hechizo... ¿Los va a noquear a la primera?
- ¿Noquear a la primera? ¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO!? ¿¡DE DÓNDE SALE ESA MALDITA VOZ!?
- ¡Shh! Callate y quedate bien quietito
- "Bien quietito", ¿eh? -Susurró el mago- ¡Misil Arcano!

Un rayo de luz salió de su mano a toda velocidad dirigiéndose al caballero. Este casi cae, pero logró resistirlo.

- ¡Canceló su encantamiento y lo cambió por un hechizo mental en el instante! -Murmuró Soro- Es más difícil de lo que pensaba

El compañero del ignita preparó su arco, cuando este le hizo una seña de que pare. Luego le dijo algo que los demás no pudieron escuchar.

- Thof, cuando te diga atacá -El elfo sonrió. Como lo había planeado Soro, él había escuchado.
- Aunque conozcamos bien a Ujla, nunca deja de sorprendernos... Ni los nuevos jugadores ni Usrrofh atacaron por ahora.

El pequeño mago alzó la mano gritando "¡YA!" para darle la señal al alsirio de que atacara. El nigromante estaba por lanzar un poderoso hechizo, cuando el caballero desapareció. La sorpresa del elfo hizo que se desconsentrar a y perdiera el hechizo. Un enorme escudo golpeó fuertemente su cabeza, noqueándolo por completo.

- ¡No puedo creerlo! ¡¡Ujla fuera de combate!! ¡Por primera vez en la historia, Ujla vencido por un nuevo jugador!
- Que lo dejen fuera de combate no significa nada -Dijo el arquero lo más tranquilo. Lanzó una flecha a los pies de Thof y luego le dio una patada en la nariz, ya que estaba a menos de un metro de él.
- ¡El caballero, fuera de combate!
- No podías hacer otra cosa que pegarle cuando estaba desconsentrado, ¿no? -Le dijo Soro.
- ¿Te creés que no me di cuenta de lo que le hiciste a tu amiguito? Si algo sé de la magia es de invisiblidad...
- Si tan inteligente sos, adelante... Quiero ver sangre que salga de mi estómago gracias a una flecha tuya
- Te iba a dar directo en el corazón, para que no sufras... Pero si insistís, no hay problema -Respondió.

A diferencia de su compañero, el humano no sonreía maliciosamente. Tenzó el arco, apuntó y dos flechas salieron disparadas hacia el chico. El asombro y el enojo se presentaron en él cuando vio que no había muerto.

- ¿?
- Bueno, lograste sacarme sangre... -Dijo con tranquilidad- Ahora es mi turno

Tiró su báculo al suelo. Puso sus manos enfrentadas una de la otra, como si estuvieran por aplaudir.

- Erkenmeglatuzsd -Una pequeña bola de luz naranja se creo. Dirigió sus ojos, ahora celestes casi blancos, hacia el arquero y tiró la bola al piso.
- ¿¡PERO QUÉ...!?

Se alejó de donde estaba parado sin sacar la vista del suelo.

- ¿¡QUÉ ME VAS A HACER!?
- Ya te lo hice -Contestó.
- ¡Usrrofh, detrás tuyo! -Le gritó alguien del público.

El humano se dio vuelta y una figura naranja con forma de hombre le pegó una piña.

- ¡Qué forma más extraña de dejar fuera de combate tiene ese muchacho! A todo esto, ¿alguien sabe su edad?
- No querrás saberla -Susurró y se encogió de hombros.
- ¡El juego continuará dentro de media hora! Mientras tanto, los jugadores permanecerán en sus habitaciones
- ¿Habitaciones? ¿Qué habitaciones? -Se exaltó Soro. Luego desapareció, al igual que los que habían quedado "Fuera de combate"

Apareció en una sala con muchas puertas. Allí estaban Ujla, Usrrofh y Thof.

- Bienvenido al juego -Dijo el elfo oscuro elevando el brazo para estrecharle la mano al mago al que le estaba hablando.
- Gracias... Pero, ¿no estabas enfadado?
- Es que me entusiasmo mucho con esto... Además, hace mucho que no quedaba fuera de combate de una forma parecida. Y en serio, fue interesante perder de esa forma
- No te voy a preguntar tu nombre ni nada por el estilo, sólo te voy a preguntar... ¿Sos brujo o conjurador?
- Brujo -Sonrió- Él es tirador
- Yo soy hechicero
- ¿Cómo hiciste desaparecer a tu compañero?
- A eso me refería con que era hechicero -Rió- Querría saber... ¿Cómo llegué acá?
- Por lo que yo sé, caíste del cielo
- ¿Del cielo? ¿Esto no es bajo tierra?
- No, mirá -Señaló un enorme ventanal que había en vez de techo, se veían las estrellas.
- Estamos en Yirnna, la ciudad templada
- ¿Ciudad templada?
- Así la llaman la mayoría de los que vienen de otros reinos. No te sorprendas si hay muchos elfos oscuros, estamos del otro lado de las montañas de Ignis
- ¿¡Qué!? ¡Pero si yo llegué acá por un túnel que comenzaba en el Valhalla de Alsius
- ¿Los túneles de Thorkul?
- Sí
- Nadie de esta ciudad entró alguna vez allí, pero se dice muy a menudo que no son simples túneles... Los sabios dicen que habita una bruja muy poderosa ahí desde hace miles de años
- ¿¡Miles de años!? ¿¡Me estás diciendo que viajé en el futuro!? -Soro no entendía. ¿En dónde se había metido?
- No creo... -Bostezó- ¿Qué te parece si esta charla la seguimos mañana? Estas noches no pude dormir nada y tengo demasiado sueño.

El elfo se marchó por una de las puertas, dejando solo al confundido mago... ¿Qué les había pasado al caer por ese precipicio


Fin del día cuatro.

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