jueves, 4 de diciembre de 2008

Parte uno - Día cinco

Día cinco: La vuelta al gran reino

La caminata hacia el puente no se hizo muy larga, recien estaba amaneciendo cuando llegaron. Antes de cruzarlo, Livh se puso el sombrero de punta para ocultar sus orejas y a la princesa le pucieron un velo. Luego verían algo mejor para tapar su oscura piel.

Nadie había hablado en todo el viaje. Goll caminaba callado. Cada tanto observaba a Livh, quien estaba detrás de él, para ver si seguía siguiéndolos o se había escapado. Thof tenía una improvisada venda en el antebrazo y caminaba medio rengo, ya que la bestia se le había tirado con bastante impulso. La princesa iba tranquila, sin nada que decir ni que hacer. Simplemente... Caminaba. Íewen no sacaba su vista del frente, ni si quiera miraba a las bestias que se le acercaban. No, sólo seguía mirando. Livh, detrás de todo sin contar al enano, tenía la vista en blanco, parecía pensar mil cosas a la vez muy rápidamente. Khor caminaba atento, mirando para todos lados con el hacha bien aferrada a sus gruesas manotas. Soro parecía inquieto por su forma de caminar, pero si sólo su cara tenía un toque de tranquilidad... Thof pudo evitar decirle que parecía paranoíco.

- Bueno, la cosa era así -Charlaban los guardias de la muralla.
- Sí... ¿Qué se le va a hacer?
- Buenos días -Saludó un Utghar que pasaba por ahí.
- ¿Cómo va, Torg?... Bueno, ¿qué te decía? -Un silencio se presentó cuando Íewen pidió que abran la puerta.

Estaban cruzando la entrada, Livh tropesó. Un pequeño grito salió de su boca, pero más del susto que del dolor. Uno de los guardias era una cabra, quien giró la cabeza apenas escuchó el gritito de la chica. La miró extrañado y se dio vuelta entre asustado y asombrado. Le susurró algo al otro guardia, pero no pudieron escucharlo porque ya habían entrado a su reino.

- ¡Al fin! -Gritó Khor guardando su hacha- Cómo extrañé Alsius... Y eso que no estuvimos mucho tiempo fuera, ¿eh? Pero una noche fuera de mi reino y ya tengo la necesidad de volver, a menos que halla orejudos caminando por ahí ¡Jaja!
- ¿? -Todos miraron al enano con cara de desaprobación y luego a la semi-elfa, la cual no había prestado atención.
- Perdone, señorita
- No hay problema -Se dio vuelta hacia él y le sonrió- Supongo que me tendré que acostumbrar

Le lanzó un par de flechas a un Smilodón. Pero en vez de morir, el felino corrió hacia ella y olfateó a la princesa, quien rio animada.

- ¿Es tu primera vez en Alsius? -Todos miraron al autor de la pregunta: el enano, ¿quién iba a ser sino?
- Khor... ¿Te parece que no va a ser su primera vez en Alsius si es... -Bajó la voz- ...syrtense?
- No, Íewen... Ella vino muchas veces a Alsius -Todos miraron a Goll, el que estaba hablando en ese momento
- Goll -Dijo Thof de repente- ¿No tenías algo que decirle?

El caballero soltó su escudo y su espada y corrió hacia Livh, la abrazó fuertemente diciendo "perdón" una y otra vez. Ella estaba muy cansada, pero igualmente sonrió y también lo abrazó... Pero esta vez diciendo "no te preocupes"

- ¿Y mis 100.000 monedas? -Rio el otro Nordo.
- ¡Eran 10.000! -Todos se largaron a carcajadas, hasta la princesa que no había entendido.

Fin de la parte uno.

No hay comentarios: