domingo, 28 de diciembre de 2008

Parte tres - Capítulo tres

Capítulo tres: "La leyenda del gran brujo"

- Muy triste es su historia, dice la leyenda del gran brujo -Escuchó la joven maga una vez- Cuando era joven nadie le prestaba atención
- ... -Ella caminaba normalmente, pero al escuchar esa melodía... La letra era lo de menos.
- Cuando su poder creció, todos lo adoraban... Pero sólo por su magnífico poder -El hombre tocaba una pequeña guitarra junto a unos compañeros que tocaban flautas de diferentes formas- Solo una joven se atrevió a quererlo... Nadie lo podía creer.
- ... -Contemplaba a los tres bardos, la música era hermosa.
- Cuando él pudo quererla como ella lo quería a él, su más grande enemigo salió al ataque -La letra... directamente no le gustaba- El duelo más grande de todo Ra, dice la leyenda del gran brujo

Continuó caminando. Ya nada le importaba mucho... Catorce años tenía en ese entonces. Llegó a su casa, en Montsognir. Saludó a su madre y se metió en la biblioteca. Los que compartían entrenador con ella le decían que algún día se iba a transformar en un libro con túnica y capucha. A ella no le importaba, es más, algunas veces hasta se reía ella misma. Siempre leía los mismos cinco libros: el libro de técnicas preparadas para conjuradores, algún libro de historia de Ignis, alguno de historia de Syrtis, alguno de historia de Alsius y un libro que era de su madre, el cual se llamaba "Hechizos y encantamientos de Évendim". Su madre no sabía que ella lo leía, creía que su hija no sabía ni que existía.

Una vez, a los diez y siete, trató de hacer un hechizo del libro y le salió tremendamente horrible. Estaba en la isla de cristal porque su madre tenía que hacer algo muy importante. Ella trató de prenderle fuego a una leña que había encontrado, pero en vez de eso incendió el Valhalla. También se quemó ella las manos y gran parte de la cara. Cuando su madre le preguntó qué había pasado ella le respondió que trató de hacer un hechizo de brujo que no le salió mal. Recibió un severo castigo, pero nunca le diría que por las noches leía su libro,

Unos cinco años después, volvió al Valhala. Revivió las plantas que ella había matado e hizo crecer el pasto una vez que este ya estaba vivo. Luego de eso se fue a la muralla. La cruzó, no le importaba que la vieran así de lastimada. Estaba enojada, no sabía bien con qué o con quién, pero estaba enojada. No usaba capuchas, sombreros, guantes, para taparse las quemaduras, las cuales daban miedo. No le importaba lo que pensaran de ella, por lo menos no en ese momento. Cuando le explicó la causa de eso a su entrenador, le dijo que se decida... conjuradora o bruja. Ella decidió comenzar a ser bruja, quería saberlo todo sobre la magia.

Fueron tan solo unas horas después de haber salido a la zona de guerra cuando la atacó un clan entero de syrtenses. Ella hacía tanto hechizos para defenderse como para herir a sus enemigos. Se estaba debilitando, y otro montón de lechugas se acercaba detrás de este...

- ¡¡¡VINVINDELOKUTSINKEA!!! -Gritó.

Una tormenta eléctrica enorme, más unas horrendas sombras que estrangulaban a los syrtenses, más una lluvia de cristales... La pobre buscaba la forma de parar el hechizo, pero no recordaba nada parecido en ese momento. Fue entonces cuando vio una sombra acercarse a ella con un enorme escudo. Luego, desmayó...

Al despertar estaba en una cabaña. Estaba llena de tajos, aunque estos no sangraban tanto como antes. Se volvió a dormir. Más tarde se encontró con un Nordo que le ofrecía algo caliente para tomar.

- Mi nombre es Goll -Le dijo.
- Yo... Yo soy Íewen.
- Veo que sos muy poderosa... -Le entregó la taza- Vos hiciste todo eso, ¿no?
- Sí... Pero no pienso hacerlo nunca más en la vida
- No es magia común, ¿o sí?
- ¿Por qué te estoy contando todo esto?
- Yo sólo preguntaba, si no querés decirme no me lo digas -Tomó él otra taza y bebió un sorbo- No me ofendo
- Qué suerte...
- ... -Quedó con la mirada en blanco durante un minuto- ¿Te podría hacer una única pregunta más?
- Sí
- ¿Qué subclase se supone que sos?
- Te puede parecer extraño, pero soy tres subclases a la vez
- ¿Tres?
- Sí, conjuradora, bruja y... y hechicera
- Hechicera... -Pensó, pensó, bebió un sorbo más, pensó- ¿Sos la invocadora?
- No, eso es otra cosa...
- Mmm -Le echó un vistazo a la taza de Íewen- ¿Querés más?
- No, gracias

Después de un rato, ella se tocó la cara, luego se vio las manos.

- ¿Qué hiciste con mis quemaduras?
- ¿Quemaduras? -Se extrañó él.
- Sí, tuve un accidente hace unos años
- No sé, tal vez alguien te curó cuando estabas combatiendo contra los syrtenses, no pude ver mucho a causa de la tormenta
- ¿Qué hacías ahí?
- Escuchaba gritos de ayuda y fui a ver quién era
- ¿Gritos de ayuda? ¡Yo nunca pedí ayuda!
- Bueno, no sé... -Se sirvió más- Aún así, te venía bien la ayuda
- Sí... Olvidé decirte gracias -Dijo sonriéndole.
- ¿? -Hace mucho que alguien no le daba una sonrisa así a Goll. Él era muy amargo.
- ¿Te pasa algo?
- No, no...

Para sorpresa de ambos, alguien tocó la puerta.

- Ya vuelvo -Dijo dirigiéndose a la puerta- Hola... Perdón por no avisarte, tengo alguien a quien presentarte
- ¡No hay problema! -Se escuchó una voz desde la entrada.
- Íewen, él es Thof Dikamin
- Hola -Saludó ella sonriendo.
- ...Hola... -Respondió más colorado que un tomate. Luego, Goll comenzó a reírse con ganas.

Fin del capítulo

Parte tres - Capítulo dos

Capítulo dos: "Molino de Viento"

- Molino, de viento... No, no, no parés... -Comenzó a cantar- Molino, de viento... Puedo repararte

La gente hablaba poco y en voz baja. El chico de unos diez y nueve años tocando el piano y cantando de esa forma. Estaban en la taberna de Birka, donde él vivía junto a su hermana mayor. Al finalizar la canción, la sala estalló en aplausos.

Salió del piano y se volvió a su mesa. Estaba sólo, no tenía muchos amigos allí. Los chicos que entrenaban junto a él eran o más grandes o demasiado extraños. Una vez se había juntado con ellos a cazar smilodones... Lo único que hacen es ir y pegarle a los smilodones, y así hasta que mueran se dijo deberían armar una táctica o algo... Así por lo menos no salen heridos y no tienen que perder tiempo descansando. Cuando les dijo una idea que se le había ocurrido para matar más smilodones más rápido y sin terminar lastimados. Le dijeron que hacia tardarían más, le dijeron que era demasiado difíciles para gente de su categoría, le dijeron que como mucho matarían dos o tres smilodones. Thof los mandó al diablo y se volvió a su casa. Estaba muy enfadado, odiaba que le hagan eso.

Un día se fue a Syrtis a probar técnicas de ataque y se encontró con un clan entero de syrtenses. Él estaba armado con una lanza y unas gemas mágicas solamente. Su salvación fue encontrarse con una ignita conjuradora que lo rescató de una fea muerte. Su único agradecimiento fue el decirle "La próxima vez que nos encontremos te voy a hacer puré de tomate". Un tiempo después fue a Ignis de cacería y a cada ignita que capturaba le preguntaba si conocía a una conjuradora bastante pacífica. Pero para poder hacerlo tuvo que aprender a preguntar eso en el idioma de los nigromantes. Terminó aprendiendo más de lo que le hacía falta para saber algo de esa elfa y ahora sabe hablar tanto ignita como alsirio.

Tradujo las canciones que conocía a ignita y las empezó a cantar en la taberna de Birka, pero como muchos se dieron cuenta de que era el idioma de un reino enemigo, la hermana le pidió que se valla a otra parte. Ella le regaló monedas suficientes para que se pueda comprar una casa en el puerto de Gokstad.

Él no tenía idea de cómo vivir solo. La primera novia que tuvo (que le duró tres meses) se espantó al ver la casa.

Un día le llegó una carta diciendo que estaba invitado a "Los Caballeros del Norte", una especie de comunidad muy grande en el que hay más de cinco rangos. Algo muy importante para el joven Nordo, por cierto. Al ver su habilidad con la espada hicieron que se saltee el primer rango y quede en "Guerreros de Rango Bajo". Cuatro años después conoció a Goll Dusdak, quien entró a "Los Caballeros del Norte" y otros tres más tarde los ascendieron a "Guerreros de Rango Medio" a los dos. Pero para que Goll pudiera lograrlo necesitó la ayuda de Thof.

Al ver que su amigo no pasaba del rango "Guerrero Aprendiz" tuvo que hacer algo. Se lo llevó al Bosque de los Vientos Helados y le enseñó varias técnicas.

- Sos muy ágil, por eso mismo dudo que te salgan mal estas cosas
- ¿Mmm?
- Bien, vos pensá con qué estás armado
- Una espada, un escudo y dos dagas arrojadizas.
- Bien, ahora pensá con qué estoy armado yo.
- Con dos espadas: una a dos manos y otra normal y un escudo.
- Bueno, ¿qué podemos hacer para matar a esos bichos fácil y rápidamente?
- No sé...
- Inventate algo, cuando se te ocurra avisame -Thof se sentó en el suelo a esperar.
- ... -Este tipo está loco se decía Goll- ¿Y si le pegamos y ya?
- ¿? -Lo miró con cara de desaprobación- Eso estás haciendo mal... Tenés que pensar algo.
- ...
- Vos me contaste que cuando eras ladrón o lo que sea, armabas pequeñas estrategias para escapar, ¿no?
- Algo así
- Es lo mismo, lo que cambia es la situación. Tus enemigos eran los guardias y tenías que encontrar una forma de escapar de ellos. Ahora tus enemigos son los lobos oscuros y tenés que vencerlos, no es tan difícil.
- Está bien -Le echó un vistazo al lugar, luego a las bestias que tenía delante: su cantidad, cómo eran, hasta dónde podría llegar su inteligencia, sus costumbres... Volvió a inspeccionar el lugar. Se dio vuelta para encontrarse con su "maestro temporal"- Listo.
- A ver...
- Pero no lo hice pensado para dos
- No importa

SIn decir una palabra, Goll comenzó a correr hacia el animal. Cuando este lo vio, trató de lanzarce encima de él, pero el caballero logró saltar por encima de él, rebotó contra una roca y lo atrabesó el cráneo con su espada.

Thof quedó atontado por la rapidez con la que lo hizo.

- ¿Eso querías?
- Creo que sí...

Continuaron así todo el día. Cada vez Thof lo conocía más. Cada vez Thof lo entendía más. Cada vez a Thof le agradaba más.

Fin del capítulo.

Personajes - Parte uno y dos.

Los Caballeros del Norte (Parte uno)

La princesa
Nombre: Dusmirild ("Corazón de dragón" en el idioma ignita)
Edad: 1305
Reino: Ignis
Raza: Elfa Oscura
Profesión: Sabe utilizar la espada y el arco como una aprendiz. Sabe los hechizos básicos de una médica
Idiomas: Ignita
Apariencia: Su pelo es largo y celeste claro, tan claro que a la luz del sol parece blanco. Lo lleva atado con un lazo que le regaló su madre antes de morir en la guerra. Sus ojos son rojos. Usa ropa con colores oscuros, tipo negro o violeta, pero con algún toque de blanco siempre.

Íewen
Apellido: Minderlin
Edad: 28
Reino: Alsius
Raza: Norda
Profesión: Hechicera
Idiomas: Alsirio
Apariencia: Es alta, de pelo castaño y largo. Tiene los ojos verdes. Siempre lleva sombreros en punta y túnicas usadas, ya que su madre también era hechicera.
~ Los hechiceros hacen tanto magia blanca como negra y pueden aprender magia antigua con sólo leer un libro de ella ~

Thof
Apellido: Dikamin
Edad: 30
Reino: Alsius
Raza: Nordo
Profesión: Caballero (también sabe utilizar armas a dos manos)
Idiomas: Alsirio, Ignita
Apariencia: Tiene el pelo rojo y algo largo, aunque bastante corto para una mujer. Tiene los ojos entre verdes y marrones. Cuando no usa armadura completa, lleva una túnica corta blanca con capucha, unos brazaletes dorados en los hombros y un cinturón muy antiguo que lo usaba uno de los tantos líderes que tuvo la comunidad de "Los Caballeros del Norte". Tiene una espada envainada en el cinto, una a dos manos en la espalda, el escudo en el brazo derecho, ya que es ssurdo y maneja la espada con la izquierda, y tiene un cuchillo que siempre se olvida de llevar.

Goll
Apellido: Dusdak
Edad: 32
Reino: Alsius
Raza: Nordo
Profesión: Caballero
Idiomas: Alsirio
Apariencia: Su pelo es negro y tiene un mechón que le oculta un tercio del ojo, el cual le molesta mucho. Sus ojos son marrón claro. Cuando no usa armadura completa, lleva una camisa marrón oscuro, una banda de cuero negro en los codos y unos guantes de dedos cortados. La mayoría de la ropa no le pertenece a él.

Livh
Apellido: Sínmarin
Edad: 26
Reino: Syrtis
Raza: Semielfa
Profesión: Cazadora
Idiomas: Syrtense, Alsirio
Apariencia: Tiene la piel bastante blanca. Su pelo es castaño claro. Sus ojos violetas, como la mayoría de las semielfas. Nunca usa la ropa que generalmente usan los arqueros, ella lleva una túnica corta verde seco, unos guantes de dedos cortados color madera y unas simples botas del mismo color. Al usar esta vestimenta, su agilidad aumenta mucho y cumple su profesión a la prefección.

Khor
Apellido: Lukdef
Edad: ???
Reino: Alsius
Raza: Enano
Profesión: Bárbaro
Idiomas: Alsirio
Apariencia: Su pelo es castaño rojizo. Sus ojos entre verde y marrón. Lleva una armadura completa, y muy pesada por cierto, a donde quiera que valla. Su hacha a dos manos es más alta que él.

Soro
Apellido: ???
Edad:???
Reino: ???
Raza: ???
Profesión: Hechicero
Idiomas: Alsirio, Syrtense, Ignita (Parte uno) Alsirio (Parte dos y cuatro)
Apariencia: Su pelo es rubio oscuro y largo, lo lleva atado. Sus ojos son celeste claro, cualquiera que no lo conociera podría decir que es completamente ciego. Su túnica es de colores claros, como el verde, el amarillo, el blanco... Desde que lo conocen que lleva la misma túnica. Su báculo lo consiguió matando un goblin después de hacer que los demás se olviden de él.

Los Caballeros del Norte (Parte dos)

Torg
Apellido: Snowflake
Edad:
Reino: Alsius
Raza: Utghar
Profesión: Brujo
Idiomas: Alsirio

Jean-Luc
Apellido: Picard
Edad:
Reino: Syrtis
Raza: Alturian
Profesión: Tirador
Idiomas: Syrtense

Juzalt
Apellido: Se desconoce
Edad:
Reino: Ignis
Raza: Elfo Oscuro
Profesión: Brujo.
Idiomas: Ignita, Syrtense (Parte dos) Ignita, Syrtense, Alsirio a medias (Parte cuatro)

Leesa
Apellido: Lipkit
Edad:
Reino: Ignis
Raza: Elfa Oscura
Profesión: Hechicera
Idiomas: Ignita, Alsirio, Syrtense

Vingüet
Apellido: Dumssil
Edad: 780
Reino: Syrtis
Raza: Elfa
Profesión: Tiradora
Idiomas: Syrtense, Alsirio
Apariencia: Su pelo es entre naranja y rojizo y lo lleva atado en dos colitas cortas. Sus ojos violetas, aunque en los días de mucho calor se vuelven grices. Lleva ropa de colores claros, muy típica de los syrtenses. Luego de la primer guerra en la que participó, su padre le otorgó un arco largo compuesto de ximerald épico, el cual se destruyó unos años después, cuando cayó en los túneles de Thorkul y se encontró con Goll.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Parte tres - Capítulo uno

Parte tres: Antes ellos eramos así
Capítulo uno: "La balada del elfo del bosque y la elfa oscura"

- ¿Cuántas veces me dijiste que trataste de escapar?
- No sé, perdí la cuenta -La cara de la cabra era ni más ni menos que de sorpresa.
- ¿Unas diez veces?
- Supongo que más, pero ni idea... ¡Ahora vamos!

El Utghar y el Nordo caminaban por las mazmorras del castillo hace más de dos días... y aún no habían encontrado la salida. Allí, en Imperia, las mazmorras se usaban como calabozo para aquellos que habían violado las leyes del reino de Alsius.

- ¿Cómo dijiste que te llamabas?
- Mis compañeros me decían Tuko, pero vos decime como quieras...
- Quiero saber tu nombre
- ¿Por qué querrías saberlo? -Hablaba firme y decididamente, como si tuviera todas las ideas en la cabeza. No parecía interesarle mucho la vida del peludo que tenía al lado.
- ¿Tal vez para saber con quién estoy hablando?
- Bueno, da lo mismo... Mi nombre es Goll
- Yo me llamo...
- No me interesa

Qué persona más extraña... Y más desagradable, desde luego pensaba el Utghar.

Era rara la situación... Dumlork había robado una gema a un hombre que se la había robado su hermana. Como este hombre no tenía idea de quién era él lo acusaron de ladrón. No era mucho, así que lo habían hecho devolver la gema y pagar el valor al supuesto propietario. Pero un tiempo después casi mata a un guardia por equivocación y esa no se la perdonaban. Ahí estaba entonces, escapando con un hombre totalmente desconocido que decía haber estado encarcelado hace más de cinco años. Nunca le contó por qué, simplemente le decía "No te importa" o "No es de tu incumbencia".

En ese momento estaban bajando y subiendo escaleras, doblando a la izquierda y a la derecha en las bifurcaciones, cruzando pasillos y forzando cerraduras.

"¡Ey, ustedes dos!" gritó un guardia al verlos. Corrió hacia ellos con el rapier apuntando al frente. El compañero de la cabra saltó ágilmente por encima del caballero que tenía enfrente. Luego comenzó a correr, sin importarle lo que era de Dumlork. A este lo atraparon y lo encadenaron para que no vuelva a escaparse. El pobre contemplaba por la ventana como escapaba "Tuko", perseguido por otros guardias. Saltaba por los lugares más difíciles y se metía por los pasadizos más pequeños... Todo con tal de que no lo vuelvan a atrapar.

Esa noche hubo una horrible tormenta. Dumlork no podía pensar en otra cosa, el odio que le tenía a ese hombre era demasiado grande. El muy maldito lo había usado de carnada para los guardias. Cuando por fin pudo dormirse, despertó unas horas después a causa de un trueno. Pudo ver en la ventana un papel destruido con algo escrito. "No te enojes, es común que las primeras 17 veces te usen para poder escapar". El grito se escuchó en todo Imperia, en toda la península, en todo Alsius... Tal vez en todo Ra.

Ahora Goll estaba merodeándose por la zona de guerra. Planeaba volver a la muralla, pero no estaba seguro... Tal vez había guardias que continuaran recordándolo. Decidió ir a Syrtis y robar oro, mucho oro... Lo que fuera necesario para sobornar gente si hacía falta. Vio al lado de un mercado a un bardo tocando una guitarra o algo similar. Corriendo como ninguno, fue y se la quitó de entre las manos sin que se diera cuenta. Corrió muy lejos de allí para que no lograran perseguirlo y se sentó en una piedra, al lado de la muralla syrtense. Comenzó a tocar una bella melodía. Esta canción tenía una larga introducción, ¿pero qué haría cuando llegara la parte en la que una persona cantaba? ¡No podía cantar en alsirio! Así que hizo una versión instrumental, complicándola un poco más. La canción trataba de un elfo del bosque que se había enamorado de una elfa oscura. Él no tenía más de veinticinco años. Era joven aún y no le importaba exponerse a peligros tan grandes como hacerse pasar por un bardo syrtense cuando ni siquiera sabía hablar el idioma. Diría que era mudo y ya.

Cuando la canción estaba por llegar al final, tuvo la sorpresa de encontrarse con tres guardias enormes como un Utghar que se acercaban hacia él, quien no paró de tocar la guitarra un segundo. Los gorilas estaban rodeando a una pequeña elfa pálida vestida con una hermosa ropa. Sin duda, tenía enfrente a la pequeña princesa de Syrtis. Cuando la canción terminó, ella le dijo algo a uno de los guardias y luego este le dio una bolsa llena de oro. Arrastrada por los caballeros, que hacían acordar a Goll a los del calabozo de Imperia, la niña tuvo que irse. Le dio una bella sonrisa antes de alejarse lo suficiente, el Nordo no se al devolvió. Continuó tocando diferentes canciones hasta que se aburrió y se llevó las monedas que había juntado. La mayoría eran de parte de la princesa. Corrió hacia el mercado y le dio la guitarra al original dueño. más tarde marchó para Alsius.

Dos o tres años después conoció a un Nordo caballero. De a poco fueron tomando confianza entre ellos... Hasta que se hicieron verdaderamente amigos. Un día charlando en medio del bosque de pinos a la noche, este Nordo le dijo que se haga caballero como él... y que deje de robar. Justo se habían acomodado en un lugar en el que no había muchos árboles y la luna les daba tan directo que tenían frío. Pero no era un frío como el de Alsius... Era diferente. Estuvieron charlando toda la noche. Volvieron a Alsius la mañana siguiente. Goll comenzó su entrenamiento ese mismo día.

Fin del capítulo.

martes, 23 de diciembre de 2008

Parte dos - Día seis

Día seis: Munsser.

Thorkul frenó. "Yo me encargo" dijo el Nordo, sorprendiendo completamente a todos.

- ¡Tonto, inútil!
- ¡Uf!
- ¡¡Goll!
- ¿Eh?

Los caballeros del norte corrieron atravez del enorme y horroroso gusano. Bajaron de él y se encontraron con un horrible guerrero espectral.

- ¿Lo de siempre?
- ¡Lo de siempre!

Thof se deslizó por debajo de aquella figura fantasmal. Llamándole la atención.

- ¡Ey, feo! -Le gritó Goll
- ¿¡Pero qué están haciendo!? -Se preguntaron las hechiceras.
- ¡¡Ni siquiera sabés agarrar una daguita!! ¿¡Cómo pensás matarnos con esa espadota!?
- Jeje

Evendim lanzó un hechizo hacia el Nordo que lo estaba burlando, haciendo que su maná desaparezca y que él se debilite.

- ¡Es la furia de Evendim, Goll! No continúes luchando
- Ja... Maldito fantasma

El espectro estaba por atravesar su enorme espada en aquel caballero, pero esta salió volando junto con un escudo alsirio.

- ¿Te creías que era fácil matarnos? ¡¡Juntos somos más poderosos que todo en el mundo, armadura flotante!! -Gritó el otro.

Goll se paró y comenzó a correr hacia él con el escudo cubriéndolo, el cual chocó contra su coraza. Evendim voló por los aires como su arma anteriormente.

- ¡Envesiel Mid! -Gritó.
- Dice que morirán -Le tradujo Leesa, ya que la princesa no podía ni hablar.

Los Nordos se unieron. Sonrientes como nadie. Alegres de tener un nuevo reto. De repente vieron una luz envolviéndolos.

- No podían prohibirme el placer -Dijo Íewen, ahora al lado de ellos.

Se prepararon, se pusieron en modo de combate, estaban listos para enfrentarse.

- ¡¡¡AAAAAAAAAAH!!!

. . .

- ¿M-Murió? -Preguntó Khor tartamudeando.
- No, ya estaba muerto... Ahora está en la tierra de los muertos, otra vez -Corrigió Leesa.
- De seguro la extrañaba, jeje -Bromeó Thof- Bueno, ahora sólo nos queda buscar a la amada de nuestro querido amigo y a la bella princesa de Ignis.
- Conseguí su nombre, señor Dikamin
- ¿Sí?
- Se llama Dusmirild -Dijo Torg.
- ¿Corazón de dragón? Pero creí que su nombre era syrtense. Ella nació antes de que el rey de Syrtis desterrara a los ahora ignitas y a su hermano.
- Sí, pero el padre le cambió el nombre por lo que sé.
- Antes se llamaba Munsser que significa "Bello Cielo" -Comentó Vingüet que desde que se encontraron con Evendim que no hablaba.
- Vamos a buscarlas, así que vallan subiendo -Anunció la hechicera.

Un tiempo después, debajo de la ciudad de Medenet (10:00 de la mañana)

- ¿Mmm? -La syrtense se extrañó, ya que la princesa había frenado.
- Esmerold Ger
- Lo lamento, no entiendo ignita... Pero... ¿Qué es ese ruido?

Se dio vuelta y se encontró con un enorme y monstruoso gusano. Recien después de unos minutos se dio cuenta de que había gente encima del bicho.

- ¿Jean-Luc? -Preguntó al ver al Alturian con la mirada en blanco.
- ¡¡Livh!! -Gritó Goll bajándose de Thorkul- ¡Perdón por gritarte!
- ¿Ya encontraste a tu amiga?
- Sí, está montada en el gusanote -Dijo sonriendo. Luego miró a la princesa y la reverenció- Sumajestad...
- ¡Jean-Luc! ¿Omne Dussin?
- Enm. ¿En Imna Dussin?
- Livh Sínmarin -La semielfa miró a los alrededores del tirador y se encontró con la pacífica mirada de Leesa- ¿Quién es ella?
- Leesa Lipkit, la loca que ya no está loca -Contestó Goll.
- Gracias, creo -Rió la hechicera.
- ¿Habla alsirio?
- Sí, también syrtense... Pero eso no importa ahora -Dijo Thof de repente- Ahora lo único importante es salir de acá
- Seguro Daen-Rha nos está esperando en alguna parte de los túneles, para vengarse de mí -Leesa puso la mirada en blanco. Había oído algo- ¡Todos arriba de Thorkul! Vamos a aplastar al Ígneo de una vez

Yendo a toda velocidad. Arrasaban con todos los bichos que aparecían, aunque no eran muchos. De repente se escuchó un ruido como si una fruta muy jugosa hubiera explotado. Se asomaron a la cabeza del gusano y se encontraron con piel Ígnea y mucha sangre de un color extraño, un color sin nombre exacto.

- Creí que los no-muertos no tenían sangre -Se extrañó Vingüet.
- Es sangre de Ígneo, lo único que seguía vivo dentro de Daen-Rha... -Explicó Íewen- Lo que murió en esa batalla era el alma del elfo oscuro que habitaba antes en ese cuerpo.
- ¿Ya podemos subir? -Preguntó Khor tímidamente.

La respueta de Leesa fue una sonrisa. El enorme gusano subió. La hechicera hizo el encantamiento para dormirlo que había utilizado muchos años atrás otro ignita.

Se tiraron en el verde pasto. Estaban cerca del puente negro, del lado de Ignis. El Alturian miró el cielo pronunciando la palabra "Munsser". Dusmirild se dio vuelta y le sonrió. Jean-Luc le respondió la sonrisa y se tiró en el suelo como habían hecho los demás... La primera sonrisa que le habían logrado sacar al tirador en todo el viaje, en las entrañas de la tierra.

Fin de la parte dos.

Parte dos - Día cinco (Segunda parte)

Día cinco: Segunda parte.

- ¿Qué le...? ¿Qué le pasó?

El hacha de Khor no había tocado la piel de la hechicera loca. Además, el escudo podría haber parado el golpe.

- ¿Leesa? -Preguntó el Utghar.
- ... -La mujer se levantó- Hola, Torg

Su sonrisa diabólica se había borrado. Detrás de ella apareció Íewen con un tajo en la cara y la manga izquierda de la túnica rota.

- ¿¡Íew!? -Thof no podía creer lo que veía
- Usé el hechizo "Ufvinaddierkolgendatihr", para volverla a su ser original.
- Es un hechizo de Evendim, ¿cierto? -Preguntó la que e hacía llamar Leesa con una leve sonrisa- Aún nos espera lo peor
- ¿Lo peor? -Todos miraron extrañados a la hechicera ignita.
- Sí, Thorkul está paralizado... Pero no durará mucho tiempo el encantamiento. Además... -Suspiró- Daen-Rha y Evendim querrán matarme. Les prometí que volverían a la vida si me ayudaban.
- ¿Ayudarte a qué? ¿Para qué armaste todo esto? -Las dudas inundaban las cabezas de todos allí- ¿Qué querías lograr?
- No sé, la locura me invadía... Fueron esos libros los que me embrujaron. Fue la magia de Daen-Rha la que hizo que haga todo esto, lo único que quería era revivir, y para eso tenía que hacer esto
- ¿Sabías lo que hacías? -Preguntó Soro.
- Bueno, las preguntas las dejamos para después -Interrumpió el Nordo- Ahora matemos a estos fenómenos y busquemos a los demás
- Esmerold Sekith... ("Escucho gritos") ...Itnens Merlok Vervorok ("Parecen insultos syrtenses")
- ¿Qué? -Se extrañó Thof- ¿Goter Ermerold? ("¿Algo más?")
- Dunk Halsir... ("Una voz alsiria") Embol Dunk ("Voz de hombre")
- ¡¡Goll!!
- Preguntale de dónde
- No hace falta -Interrumpió la hechicera- Yo los puedo guiar... Están medio lejos de acá
- Podríamos usar a Thorkul. Ya sé que eso es lo que menos querías hacer, pero no hay otra salvación -Dijo Íewen- Daen-Rha y Evendim se están acercando, lo presiento.

La elfa elevó las manos, pronunciando unas palabras en ignita. El monstruoso gusano que tenía a su lado se desparalizó y bajó la cabeza, como para que lo monten.

- Súbanse, no les va a hacer nada mientras yo lo esté controlando -Aseguró ella.
- Nomketh (" Al norte")
- Mikintek ("Gracias") -Le sonrió.

Thorkul se estiró hacia arriba. Era más largo de lo que parecía. Atravesó el techo de agua y se metió en uno de los tantos túneles que había hecho. Ellos veían como Leesa lo encantaba con hechizos de protección para que no derramara sangre a causa de lo angosto que era el túnel.

El viaje no fue muy cómodo y para colmo sucio, ya que la tierra volaba por todos lados. Las voces se hacían cada vez más fuertes. Hasta que pudieron escuchar un grito de horror.

- Creí que no le tenías miedo a los insectos
- ¡¡Esto no es un insecto!! ¡¡¡ES UN MONSTRUO!!!
- Insecto, monstruo, ¡lo mismo! -Rió- Total. todos son iguales a vos
- ¡¡¡EMVESSIL!!! ¡Sug Shara, Sug Shara Menla Emvessil!
- Graaacias por los halagos
- ¡¡¡CALLATE!!!
- No tengo ganas
- ¿¡Qué pasa acá!? -Preguntó el enano bajándose del gusano.
- Hola, Khor -Saludó- Lo que pasa es que estoy con esta avispa histérica que...
- ¡¡La avispa sos vos, maldito inútil!!
- Al fin decís algo que entiendo... Se la pasa diciéndome "Emvessil", "Ducurín" y una cosa más que me olvidé cómo era.
- ¡Se dice "Dusccurin"!
- ¡¡¡GOLL!!! -Gritó el otro Nordo- ¿¡Quién es esta!?
- La princesa lechuga
- ¿¡PRINCESA LECHUGA!?
- No puedo creer que seas la prima de Dusmirild -Se escuchó la voz de Torg desde atrás.
- A ver, ¿cómo te llamás entonces?
- Vingüet
- Jeje, ¿acaso "Vingüet" significa avispa?
- Vingüet significa "Vestido de plata" en el antiguo idioma élfico -Corrigió Leesa.
- Así es... ¿Y vos cómo sabés eso? -Le cuestionó la joven princesa.
- Sé mucho de idiomas -Admitió- Sus otros compañeros se encuentran debajo de Ignis
- ¿Y nosotros dónde estamos? -Preguntó el enano.
- Para ser exactos, justo debajo de las Colinas Esmeralda de Syrtis.
- Vayamos a Ignis entonces
- Lo que sí... -Le murmuró Goll a la hechicera- ¿Podrías hacer que el gusanote se coma al insecto ese que tengo al lado?

Volvieron a montarse en las espaldas de Thorkul. El viaje fue más largo esta vez.

- ¡¡Molk!! ("¡Alto!")
- ¿Kua? ("¿Qué?")
- Meckthand... Mog Meckthand
- Dice que hay magia muy poderosa cerca -Tradujo Thof.
- Debe tratarse de Daen-Rha o Evendim... Siento su poder cerca yo también -Dijo Torg.

El ambiente era muy raro comparado a unos días antes. Íewen no parecía haber extrañado o algo a sus compañeros. Goll, sin prestarle atención a los demás, discutía continuamente con Vingüet. Todos confiaban en Leesa, aunque algunos ni siquiera la conocían. Snowflake y Khor estaban muy callados. Thof sólo hablaba para traducir lo que decía el ignita. El syrtense, no hacía nada...

Fin del día cinco

lunes, 22 de diciembre de 2008

Parte dos - Día cinco

Día cinco: Seres inanimados.

- No está esa palabra en la primera parte del libro.
- ¿¡Primera parte!? ¿¡Todo este tiempo estuviste buscando en la primera parte del libro!?
- Tranquilo
- ¿¡Cómo querés que esté tranquilo!? ¡Ya deben estar muertos y vos ni siquiera empezaste la segunda parte!
- Señor Dikamin, ¡por favor! -Lo tranquilizó el enano.
- Esa mujer ya se debe haber ido...
- Pero él dice que sigue escuchando palabras extrañas
- Esto es un delirio -Dijo Torg sacándole a Soro el libro de Evendim- Busquemos en los al rededores, hay que encontrarla y...
- ¡Y matarla! Así terminamos con todo esto de una vez
- ¡¡CALLATE, ESTÚPIDO!! ¿¡No entendés que nosotros también estamos preocupados por tus amiguitos!?
- ... -Sin decir nada, Thof se dio vuelta para mirar al ignita- ¿Ermerold Dus Ger?
- Og... Fisduk
- ¿¡!? -El caballero quedó paralizado al escuchar lo que decía el elfo oscuro- Dice que... Dice que escucha gemidos...
- Imbil Fisduk -Completó
- Llantos de mujer
- ¿Llantos de mujer? -Se extrañó Khor.
- Sí -Respondió Torg pensativo.
- Debe ser Íewen -Se ilusionó el Nordo.
- O la señorita Livh
- O Leesa -Terminó Snowflake.

Todos daron su vista con él. Extrañados, le preguntaron quién era Leesa. ¡Hasta el ignita! El único que no estaba interesado con lo que había dicho el Utghar era el syrtense.

- ¿Eh, Torg? ¿Quién es?
- Creo que ella... Creo que ella es la que está causando todo este lío
- ¿Leesa se llama?
- ¡¡Leesa!! -Gritó el ignita. Esta vez el tirador si se dio vuelta.
- ¿Vermeget "Leesa"? -Preguntó
- ¡Leesa Lipkit! ¡¡Undeg Nimuth!
- ¿¡Undeg Nimuth!?
- ¿Qué están diciendo?
- ¡Ey! -Le gritó Thof al elfo oscuro.
- Fik munth Leesa Lipkit Ind... ("Conozco a Leesa Lipkit") ...Inmurdek Les Tuth Boodler ("Se encerró en una biblioteca y nunca más volvió")
- ¡Leesa Lipkit! ¡¡Es la de mi sueño!!
- Es lo que trataba de decirte -Dijo Torg con poca paciencia- Escuchen, Leesa Lipkit vivía muy tranquila en un lugar llamado "Aguas Profundas". Un día volvió a Ignis. No recuerdo qué pasó que se encerró en una biblioteca. ¡Se volvió loca!
- Loca... ¡¡Pero yo la conozco!!
- ¿¡QUÉ!? -Gritaron todos

El Nordo desmayó. Todos se abalanzaron para ver qué le pasaba...

- ¡¡Soltame, maldito orejudo!!
- ¡Silencio, me estorbás!
- ¡¡AAAAGH! -Thof mordió el brazo del elfo que lo había atrapado
- ¡¡AAAAAUUU!!
- ¡Al fin!

Le clavó su lanza y se hechó a correr. Se encontró con muchos elfos más. Todos armados con arcos o báculos. También había semielfos y Alturians allí.

- Bien, si quieren jugar "Todos contra Thof" no hay problema -Le puso una gema violácea a lanza y la tiró a los pies de los syrtenses- ¡Que sean felices!

La gema explotó, matando a todos los de su al rededor.

- Jeje, soy peligroso en las tierras verdes, amigos... Les recomiendo NO acercarse mucho. Pero me encantaría que lo hagan, jeje... ¡Hoy comemos ensalada de cena!

Una roca le cayó encima. Haciendo que se debilite bastante. Vio una luz envolviendolo. Se sentia más fuerte. Se paró y mató a todos. Cuando ya estaban todos en el suelo, los contó. Había dos que él no había asesinado.

- Denada -Se escuchó de atrás.
- ¿Quién...? -Una elfa oscura de pelo blanco se presentaba al lado de un árbol
- Leesa Lipkit
- ¿No temés que te mate?
- Sinceramente sí... Espero que me devuelvas el favor y no lo hagas..
- Mmm... La próxima vez que nos encontremos, vas a ser puré de tomate
- Entonces, allá nos veremos... -Dijo sonriendo.
- Allá nos veremos...
- Despertá... Despertá... ¡¡Thof, despertá!! -Una piña de parte del enano hizo que el Nordo recobrara el sentido
- ¿Está bien, señor Dikamin? Perdone si le golpeé muy fuerte
- No... No hay problema
- ¿Qué te pasó?
- Tuve algo... Algo similar a un sueño, no sé...
- En verdad... ¿Conocés a Leesa Lipkit? -Preguntó el Utghar.
- Sí, me salvó... Me curó una vez que estaba luchando contra unos syrtenses.
- ¿Estabas solo?
- Sí... Acabo de recordar lo estúpido que era -Se dijo- Bueno, eso ya es otro tema...
- ¿Tenía aspecto pacifista?
- Sí, ¡demasiado pacif...!
- ¡¡Ekmerold Ger!! ("¡Escuché algo!") -Gritó el ignita.
- ¿Kua? ("¿Qué?")
- Ikimenthos ("Pasos")
- ¿Kond? ("¿Dónde?")

El elfo se paró y comenzó a caminar hacia una pared. La señaló y luego miró a Thof

- Khor, Torg, Soro... Según nuestro amigo nigromante se escuchan pasos atravez de est...
- ¡¡¡UERTHIK!!! ("¡Cuidado!") -Gritó tirando al alsirio hacia atrás.

La pared se hizo pedazos. El culpable fue ni más ni menos que Thorkul. Detrás del enorme gusano, una figura encapuchada de manos azules caminó hacia ellos riendo como una desquiciada.

- Está loca -Murmuró Torg para sus compañeros- No le hagan caso a lo que dije.
- No hace falta tener buen oído para escuchar eso, Snoflake... -Dijo sin parar de reir.
- Yo recuerdo... -Dijo Thof- Que una vez yo estaba luchando contra muchos syrtenses...
- Indefenso como un pobre oso al que se le perdió la madre, sí sí, recuerdo...
- ¿Indefenso como un...? ¿¡Pero qué estás diciendo!?
- Estabas solo. ¿o no?
- Sí, ¿y?
- Te salvé la vida porque soy una buena persona
- ¡Porque ERAS una buena persona! -Corrigió el alsirio.
- Ahí tenés... ¿Ven? Todos me tratan de mala persona... -Se veía su sonrisa maliciosa- Sólo los inteligentes entienden

Levantó las manos como señalando a Thorkul

- Ese horrible gusano está siendo forzado... -Dijo Soro- Siempre lo fue. Podría deshacer el hechizo que estás haciendo, "Dominios de la Voluntad"... Pero sería un completo suicidio
- Elegí vos... ¿Querés morir gracias a mí o gracias a Thorkul? Lamento decirte que no existe otra opción
- ¡Sí la existe! -Gritó Khor
- A ver, ¿cuál es?
- ¡¡¡NINGUNA!!! -El enano salió corriendo con el hacha hacia ella.

El ignita y Soro se miraron. El bárbaro desapareció. La mujer, confundida, trató de hacer un escudo... pero fue en vano.

. . .

Parte dos - Día cuatro (Tercera parte)

Día cuatro: Tercera parte
Subtítulo: El encuentro más inesperado, el encuentro menos deseable.

- Estoy muerto... -Se decía Goll- Tengo sueño, hambre y mucho calor

El Nordo caminaba a paso lento. Estaba solo, apunto de desmayar, bañado en sudor y le rugia el estómago. Sí se dormía sin nadie que esté cuidando mientras, podría ser alimento de Thorkul.

- ¿Qué es eso? -Se preguntó. Miró bien- ¡No lo puedo creer! ¡¡¡AGUA!!!

Salió corriendo en dirección al charco que había visto. Corría y corría, el agua parecía alejarse a cada paso que daba. Se frenó al darse cuenta que era sólo un espejismo.

- Uf, ya estoy delirando... Si no muero de hambre o de cansancio, muero d... -No pudo terminar la frase porque un montón de tierra le cayó encima.

Escuchó un grito de mujer. Se sacó toda la tierra de encima y se encontró con una chica. Bastante menor que él. Tenía la piel muy blanca al lado de la suya. Bella ropa aunque sucia. Tenía una tiara con una pequeña gema verde agua en la cabeza. Y tenía lindas orejas, aunque un poco... ¡Largas!

- ¡¡Ssiml Emvessil Durch!!
- ¿¡Lo qué!?
- Que me des esa cosa, imbécil
- ¿S-sabés hablar alsirio?
- Sí ¡¡Ahora dame mi arco!!
- ¿Tu arc...? -Sacó el pie del montón de tierra y se encontró con un arco largo compuesto de perfecto ximerald mágico... destruido.
- ¡¡¡ARG!!! ¡¡EMVESSIIIIIIIIIIIIIIIL, DUSCCURIIIIIIIIN, MELISHAAAA!!
- ¿Qué significa eso?
- Grrr ¡Silencio, tonto!
- ¿Significa eso?
- ¡¡Callate y escuchá!!
- Sí, sumajestad -Hizo todo lo posible para aguantarse la risa, pero la cara de la joven princesa era demasiado divertida.
- Así está mejor... -Se sacó la suciedad de la cara- Ahora... ¿Vos sabés a dónde guia este túnel?
- ...
- ¡Respondé!
- Creí que no querías que hable
- ¡¡Dusccurin!! Uf... R - E - S - P - O - N - D - É
- Bueeeno -La chica esperó con ancias a que el Nordo conteste, pero ya habían pasado veinte minutos y aún seguía con cara de pensativo.
- ¿¡QUERÉS QUE TE REFRESQUE LA MEMORIA, TONTO!? -Amenazó con una daga.
- No no, ya recordé
- ¿Sí? ...¡RESPONDÉ!
- No tengo ni la más pálida ni la menor idea de a dónde lleva esta cosa... ¿Satisfecha?
- ¡¡¡EMVESSIL!!!
- Tus insultos duelen mucho, en serio -Dijo irónicamente- pero no tengo tiempo para llorar, ponerme de rodillas o hacer una de esas pavadas que hacen los "emvessiles", como les decís vos, para pedir piedad
- ¿¡QUÉ!?
- Sos elfa, ¿no?
- ¡¡Sí, tonto!! ¿¡Que no ves!? -Se señaló bruscamente las orejas
- Puede ser que me sirvas...
- ¿¡Que te sirva!? ¡¡Soy princesa, no le sirvo a nadie!!
- Pará de gritar como una histérica que me vas a dejar sordo... Escuchame, yo soy un simple Nordo. No aguanto más de dos días sin dormir
- ¿¡Y eso qué me interesa!?
- ¡¡Te interesa y mucho!! Ahora silencio... Vos, en cambio, sos una personita pálida, orejuda y muy histérica, digo, una elfa... Los elfos, por lo que yo sé, no duermen más de tres horas por la noche y, si es necesario, pueden aguantarse dos, tres días sin dormir...
- ¿¡Me estás pidiendo que sea tu guardia de noche!?
- Shh, te voy a hacer comer tierra si seguís gritando, a ver si te gusta... Mientras yo descanso, porque no duermo hace no sé cuánto tiempo, VOS cuidás que no venga nadie.
- ¡Dorsh Melisha!

Goll agarró un montoncito de tierra y se lo incrustó en la boca a la joven princesa.

- Cuando venga un monstruo despertame de la manera más dulce posible, ¿sí? Gracias, ¡nos vemos!

Se recostó. Pero no llegó a dormirse, ya que la chica comenzó a cantar.

- ¿Qué dice esa canción? -Preguntó él.
- Es la historia de un elfo del bosque y una elfa oscura
- Cantala en alsirio
- ¿Por qué debería hacerlo? ¡Vos no me das órdenes!
- Está bien -Se volvió a recostar.
- Ssin del Mug Vo Lanu... -Empezó.

Cuando Goll despertó, la chica estaba sentada en el montón de tierra, con la mano sosteniendo su cabeza. No dudó, se paró sin hacer un ruido y comenzó a caminar en puntas de pie.

- ¿Creías que estaba dormida, tonto?
- Uf... ¿Así tratás a todos?
- No, sólo a Ancalimon... Pero sos igual de tonto que él, así que no te va mal... Además sos alsirio, no te merecés mi respeto.
- ¿No? -Le agarró del hombro y la tiró al suelo- Te aviso que si yo no te estaría dando MI respeto, vos ya estarías muerta
- ...
- Que suerte que te callaste, me estabas cansando -Le ayudó a levantarse- Vamos, rápido

Estaban caminando, cuando vio una cortadura que tenía en el brazo.

- Te dije que me despiertes si pasaba algo
- ¿Lo decís por el tajo? ¡Puedo cuidarme sola! Además, era sólo un lobo
- ¿Muy grande?
- ¡No te importa! -Goll le agarró fuerte del brazo- ¡Me duele!
- No vuelvas a decir "No te importa", porque en este momento TODO me importa
- Tonto -Murmuró y siguió caminando.

Fin del día cuatro.

Parte dos - Día cuatro (Segunda parte)

Día cuatro: Segunda parte
Subtítulo: Discipar Hechizo

- T-Torg... ¿D-Dónde estamos?
- Tengo menos idea que vos, amigo enano...
- Me acabo de d-dar cuenta de que la p-princesa no vino con n-nosotros
- ¿La princesa? ¿Hablás de Dusmirild?
- ¡Sí! Ella se quedó detrás de nosotros y desde que se fue Íewen que no la veo
- Al fin paraste de tartamudear, me estaba poniendo nervioso... Pero tenés razón con lo de Dusmirild -Se arrodilló y agarró un montoncito de tierra con la mano izquierda, mientras con la derecha sostenia el báculo- ¿Habrá usado el Indestempus?
- ¿Eso para qué servía?
- Es el hechizo que utilizó el pequeño Nordo para que ustedes no lo recuerden y la causa de que estemos en busca de Íewen
- ¿Pequeño Nordo? Si estás hablando de Soro te voy avisando que no es Nordo
- ¿No? ¿Qué es entonces? ¿Otro de sus amiguitos extranjeros?
- ¡Cuidado con cómo hablás sobre la señorita Livh!
- Si yo no fuera tan pacifista, ella ya estaría muerta -El seño fruncido del enano, protegiendo a la joven syrtense, hizo reir al Utghar
- Bueno, basta ya... Volvamos al tema inicial
- ¿Qué raza es el tal Soro?
- Pidió que no le preguntemos de dónde venía y obedecimos.
- Total, es tan solo un niño, ¿no? -Dijo sarcásticamente.
- ¡Si vas a seguir discutiéndome guardate tus palabras, porque yo no voy a oir más quejas sobre el joven Soro!
- Está bien, volvamos al tema de Dusmirild... ¿Cómo pensás que desapareció así tan de repente?
- Tal vez escapó sin que nos demos cuenta
- ¿Todo este tiempo creiste que estaba detrás tuyo?
- No, me di cuenta cuando nos dividimos en tres grupos. Pero cuando comenzamos a discutir a principios de camino me olvidé
- ¿Te olvidaste? -Preguntó con tono burlón.
- ¡¡¡PARÁ DE DISCUTIRME!!!
- Dijiste que no ibas a oir más quejas del joven Soro
- Nunca antes dije algo como esto, pero sos idéntico a un enano: cabeza dura y siempre provocando como un niño
- Shh... Vas a atraer a Thorkul -Lo calló- Ahora tratemos de pensar en donde estamos
- Pff... -El bárbaro se dio vuelta enfadado. Al hacerlo se encontró con una puerta- ¿Eso estaba antes?

Era bastante grande comparada con una puerta común. Más alta que la de la muralla y menos ancha. Era de madera con dibujos hechos en hierro. También las manijas lo eran. El marco era de un celeste grisáceo con pinturas blanca al rededor.

- No que yo recuerde -Se acercó caminando lentamente.
- Probá abrirla
- Si fueras cazador lo haría
- ¿Tenés miedo? ¡Creí que me querías intimidar!
- No era mi intención intimidarte. Además... No es miedo lo que tengo, sino precaución -Se dio vuelta para mirarlo a la cara- No como otros
- Soy bárbaro, creo que hasta hay una ley que dice que no tengamos precaución
- No me fastidies -Volvió a dar la vista a la puerta- Vení acá. Si viene alguien te pegan a vos
- ¿¡QUÉ!?
- Te voy a hechizar para que no te pase nada. Voy a estar atrás tuyo.
- ¿¡Y si viene Thorkul!?
- Hay más lugar para movernos acá. La sala es grande, ahora hacé caso

El enano, de malhumor, se puso delante de su compañero. Preparó el hacha y abrió la puerta... Una sala identica del otro lado

- ¿No hay nada?
- ¡No puede ser, es igual a la anterior!
- Mmm... Esto no me gusta, por el techo diría que estamos bajo agua, pero... -Miró por encima del hombro y la puerta no estaba- Como lo sospechaba. Este lugar está encantado por un hechizo de ilusión... El chico podría resoverlo fácilmente con ese libro
- ¿No existe un hechizo llamado...? Em... Algo así como... No recuerdo bien, disciplinar... desdecir...
- ¿Discipar?
- ¡Discipar hechizo! Eso es
- ... -El Utghar pensó y pensó- Es un encantamiento muy antiguo de los conjuradores, pero ni ellos lo usan
- ¿No sirve también para curar heridas?
- Sí, pero nadie lo usa para otra cosa que para eso y le llaman de otra manera... "Regenerar" si no me equivoco
- Qué lástima... Íewen nos serviría en un momento así
- ¿Por qué ella?
- Empezó siendo conjuradora. Luego aprendió hechizos de bruja y más tarde aprendió a utilizar los hechizos del libro.
- No había nadie en la otra habitación... ¿O sí?

Vieron a todas partes y no había nada. Una segunda mirada y apareció la puerta del otro lado de la sala.

- Sin duda es un hechizo de ilusión. Vamos, seguime.

Torg abrió la puerta y empujó a Khor a la otra sala. Luego desapareció la puerta y ambos quedaron en distintas salas.

- Así debería deshacerce la ilusión -Comentó para sí mismo.

La puerta volvió a aparecer. El Utghar la abrió y se encontró con Khor que parecía medio mareado, con Soro, con Thof y con dos más que no conocía, los cuatro desmayados.

- ¡Empuje mental! -Gritó, haciendo que los cuerpos dormidos se corran unos tres metros. Despertaron a causa del golpe por chocar contra la pared.
- ¡Agh! ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? -Comenzó a quejarse el Nordo.
- ¡Señor Dikamin!
- ¿Khor? Ahh, me siento mal
- ¿Ustedes también cayeron del túnel?
- Pero... -Dijo Soro al despertar- ¡Nosotros estabamos en Yirnna!
- ¿Así se llamaba el coliseo?
- ¿Qué coliseo? ¿De qué están hablando? -Cuestionó el brujo.
- Debe haber sido un sueño nomas
- ¡Pero si yo soñé lo mismo! Creo... -Estaban confundidos. Y ahí fue cuando despertaron los otros dos
- Ah... ¿Uk Nerruk? -Todos se dieron vuelta para contemplarlos
- ¿Qué dijo, Dikamin?
- Preguntó si ya se fue... ¿Uk Misd Nerruk? ("¿Ya se fue quién?")
- Eknita ("La loca")
- Habla de una loca -Con esperanzas de que sea un Nordo, se dirigió al arquero- ¿Tenés idea de qué está hablando?
- Emvessil -Respondió sin siquiera mirarlo.
- No, syrtense no sé hablar
- Qué lindo, tres alsirios, un ignita, un syrtense y uno que no tenemos idea de dónde es
- Cuando caimos del túnel aparecimos en un coliseo y luchamos con ellos -Comentó Soro.
- ¿No hay un hechizo para que nosotros escuchemos su voz hablando en alsirio en ese libro?
- Hay de todo, pero nunca pensé en eso... La mayoría de los hechizos son para esconderse, emboscar, luchar...
- Pero está el Intestempus
- Por algo dije "la mayoría" -El chico se puso a buscar en el mar de palabras extrañas que tenía en la mano- Mientras que Thof traduzca

La siguiente conversación fue hablada en ignita:

- ¿Quién es esa loca?
- Una hechicera, la que nos hizo esto
- ¿Hechicera decís? -El caballero pensó en la única hechicera que conocía- ¿Era Norda?
- No recuerdo, fue todo muy rápido
- Mmm... ¿En qué idioma hablaba?
- Sólo dijo una palabra larga y muy rara. Luego no sé qué pasó... Tuve un sueño muy extraño y ahora estamos acá...
- ¿Reconocés la palabra Yirnna?
- Sí, así se llamaba la ciudad en donde estaba en mi sueño... Y ellos tres también estaban
- ¿Estaban antes de que la hechicera pronunciara esa palabra?
- No, la primera vez que los vi fue en el sueño.

Les contó lo que había hablado con el ignita a los demás.

- Debe ser un sortilegio que encanta todo un lugar, por eso cuando Soro y Thof cayeron ya estaban soñando.
- Es posible... ¿Soro, qué significa "Emvessil"?
- No sé, tuve que olvidar mi experiencia en los idiomas syrtense e ignita para poder recordar estos hechizos
- ¿¡!?
- Qué chico más raro -Murmuró Torg. Vio una sonrisa risueña en la cara del elfo oscuro- ¿De qué se rie, Thof?
- Elv Nack du "chico" srark
- Dijo que le causa gracia la palabra "chico"
- ... -Su oído es muy bueno pensó el Utghar- Preguntale si escucha algo a nuestros al rededores
- ¿? -Soro recordó su sueño- Cuando estabamos en el coliseo podía escuchar muy bien
- ¿Ermerold ner?
- Og... ("Sí") "durkimneleesdut"
- Suena muy parecido a los hechizos del libro -Comentó Soro- Lo voy a buscar...
- ¡Paaaren un poco! -Gritó el caballero golpeando fuertemente el piso- ¿Qué hay de Íewen y los demás?
- Los demás son Livh, el señor Dusdak y la princesa -Dijo el enano- ¿O no?
- Sí, ¿qué hay de ellos? ¿Nos vamos a quedar acá buscando palabras que nadie conoce en esa especie de enciclopedia-diccionario hasta que venga el gusanote y nos coma?
- Estamos tratando de averiguar qué escuchó el ignita... Es posible que esté Íewen cerca porque esa palabra sonaba muy parecida, tal como dijo el chico, a los hechizos del libro. También es posible que esa palabra la halla dicho la loca que nos decía el ignita
- ¿Sospechás de alguien, Torg? -Preguntó el Nordo.
- Sí. ¿por?
- Porque acabo de recordar un sueño que tuve antes de caer al coliseo

Continuaron discutiendo sobre qué harían y qué pasaría. Thof les explicaba esa historia de la elfa oscura que se volvía loca. Los alsirios escuchaban atentos. El syrtense se había quedado con la mirada en blanco sin prestar atención a los demás.El ignita tenía el oído alerta. Y Soro buscaba las palabras que este le decía.

Intermedio

Parte dos - Día cuatro

Día cuatro: ¿Terminó el paseo subterráneo?
Subtítulo: El Coliseo del Dragón Negro.

- ¿¡QUÉ!? -Se escuchó el grito.
- No puede ser...
- ¡¡AAAAAAAH!! ¡¡TANTO SUFRIMIENTO PARA ESTOOO!!
- ¿Sufrimiento? ¡Lo más terrible que te pasó fue tener sueño!
- O sos sordo o... ¡NO ESCUCHASTE LOS RUGIDOS QUE SALEN DE MI PANZA! Decime: ¿No te comerías un oso después de haber estado como tres días sin comer?
- No como mucho -Fue la simple respuesta de Soro- ¿Por qué Thorkul se habrá detenido acá?

Ambos contemplaron lo que tanto les había sorprendido. El camino que habían elegido no tenía salida más que por la que habían entrado.

- A ver... -Thof retrocedió unos siete pasos. Luego levantó la espada en dirección al frente y comenzó a correr hacia la pared de tierra que los había frenado.
- ¿¡Qué pensás hac...!?

Se escuchó un "PUM" y la pared y el techo cayeron encima de ellos. Cuando pudieron ver otra cosa que no sea tierra, se dieron cuenta de que estaban cayendo por un precipicio. Se escuchaban gritos, pero no eran de ellos... Eran de una multitud enloquecida. Abrieron los ojos y se encontraron en un coliseo. Este era enorme. En una columna que había en medio de la escalera para entrar había una estatua de un dragón envolviéndola con su cuello. Las tribunas estaban llenas. Ellos estaban dentro de la arena. Jeje, ¿estarán alentándome o pidiéndome autógrafos? se preguntaba Thof mientras Soro le señalaba dos personas en frente de ellos, un elfo oscuro mago y uno que podría ser Nordo, Alturian o Esquelio arquero.

- Los nuevos jugadores tendrán el placer de luchar contra los preferidos del público... -Se escuchó una fuerte y gruesa voz entre las demás- ¡¡Ujla y Usrrofh!!
- ¡¡EEEEEEEH!! ¡¡SÍ!! ¡¡VIVA!! -Gritaban eufóricos los de la tribuna
- ¿¡Qué es esto!? -Se preguntaba Thof desconcertado.
- Si es lo que creo que es... ¡Sí, debe ser!
- ¿¡QUÉ!?
- Vos sólo hacé lo que yo te diga
- Ujla prepara un hechizo... ¿Los va a noquear a la primera?
- ¿Noquear a la primera? ¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO!? ¿¡DE DÓNDE SALE ESA MALDITA VOZ!?
- ¡Shh! Callate y quedate bien quietito
- "Bien quietito", ¿eh? -Susurró el mago- ¡Misil Arcano!

Un rayo de luz salió de su mano a toda velocidad dirigiéndose al caballero. Este casi cae, pero logró resistirlo.

- ¡Canceló su encantamiento y lo cambió por un hechizo mental en el instante! -Murmuró Soro- Es más difícil de lo que pensaba

El compañero del ignita preparó su arco, cuando este le hizo una seña de que pare. Luego le dijo algo que los demás no pudieron escuchar.

- Thof, cuando te diga atacá -El elfo sonrió. Como lo había planeado Soro, él había escuchado.
- Aunque conozcamos bien a Ujla, nunca deja de sorprendernos... Ni los nuevos jugadores ni Usrrofh atacaron por ahora.

El pequeño mago alzó la mano gritando "¡YA!" para darle la señal al alsirio de que atacara. El nigromante estaba por lanzar un poderoso hechizo, cuando el caballero desapareció. La sorpresa del elfo hizo que se desconsentrar a y perdiera el hechizo. Un enorme escudo golpeó fuertemente su cabeza, noqueándolo por completo.

- ¡No puedo creerlo! ¡¡Ujla fuera de combate!! ¡Por primera vez en la historia, Ujla vencido por un nuevo jugador!
- Que lo dejen fuera de combate no significa nada -Dijo el arquero lo más tranquilo. Lanzó una flecha a los pies de Thof y luego le dio una patada en la nariz, ya que estaba a menos de un metro de él.
- ¡El caballero, fuera de combate!
- No podías hacer otra cosa que pegarle cuando estaba desconsentrado, ¿no? -Le dijo Soro.
- ¿Te creés que no me di cuenta de lo que le hiciste a tu amiguito? Si algo sé de la magia es de invisiblidad...
- Si tan inteligente sos, adelante... Quiero ver sangre que salga de mi estómago gracias a una flecha tuya
- Te iba a dar directo en el corazón, para que no sufras... Pero si insistís, no hay problema -Respondió.

A diferencia de su compañero, el humano no sonreía maliciosamente. Tenzó el arco, apuntó y dos flechas salieron disparadas hacia el chico. El asombro y el enojo se presentaron en él cuando vio que no había muerto.

- ¿?
- Bueno, lograste sacarme sangre... -Dijo con tranquilidad- Ahora es mi turno

Tiró su báculo al suelo. Puso sus manos enfrentadas una de la otra, como si estuvieran por aplaudir.

- Erkenmeglatuzsd -Una pequeña bola de luz naranja se creo. Dirigió sus ojos, ahora celestes casi blancos, hacia el arquero y tiró la bola al piso.
- ¿¡PERO QUÉ...!?

Se alejó de donde estaba parado sin sacar la vista del suelo.

- ¿¡QUÉ ME VAS A HACER!?
- Ya te lo hice -Contestó.
- ¡Usrrofh, detrás tuyo! -Le gritó alguien del público.

El humano se dio vuelta y una figura naranja con forma de hombre le pegó una piña.

- ¡Qué forma más extraña de dejar fuera de combate tiene ese muchacho! A todo esto, ¿alguien sabe su edad?
- No querrás saberla -Susurró y se encogió de hombros.
- ¡El juego continuará dentro de media hora! Mientras tanto, los jugadores permanecerán en sus habitaciones
- ¿Habitaciones? ¿Qué habitaciones? -Se exaltó Soro. Luego desapareció, al igual que los que habían quedado "Fuera de combate"

Apareció en una sala con muchas puertas. Allí estaban Ujla, Usrrofh y Thof.

- Bienvenido al juego -Dijo el elfo oscuro elevando el brazo para estrecharle la mano al mago al que le estaba hablando.
- Gracias... Pero, ¿no estabas enfadado?
- Es que me entusiasmo mucho con esto... Además, hace mucho que no quedaba fuera de combate de una forma parecida. Y en serio, fue interesante perder de esa forma
- No te voy a preguntar tu nombre ni nada por el estilo, sólo te voy a preguntar... ¿Sos brujo o conjurador?
- Brujo -Sonrió- Él es tirador
- Yo soy hechicero
- ¿Cómo hiciste desaparecer a tu compañero?
- A eso me refería con que era hechicero -Rió- Querría saber... ¿Cómo llegué acá?
- Por lo que yo sé, caíste del cielo
- ¿Del cielo? ¿Esto no es bajo tierra?
- No, mirá -Señaló un enorme ventanal que había en vez de techo, se veían las estrellas.
- Estamos en Yirnna, la ciudad templada
- ¿Ciudad templada?
- Así la llaman la mayoría de los que vienen de otros reinos. No te sorprendas si hay muchos elfos oscuros, estamos del otro lado de las montañas de Ignis
- ¿¡Qué!? ¡Pero si yo llegué acá por un túnel que comenzaba en el Valhalla de Alsius
- ¿Los túneles de Thorkul?
- Sí
- Nadie de esta ciudad entró alguna vez allí, pero se dice muy a menudo que no son simples túneles... Los sabios dicen que habita una bruja muy poderosa ahí desde hace miles de años
- ¿¡Miles de años!? ¿¡Me estás diciendo que viajé en el futuro!? -Soro no entendía. ¿En dónde se había metido?
- No creo... -Bostezó- ¿Qué te parece si esta charla la seguimos mañana? Estas noches no pude dormir nada y tengo demasiado sueño.

El elfo se marchó por una de las puertas, dejando solo al confundido mago... ¿Qué les había pasado al caer por ese precipicio


Fin del día cuatro.

Parte dos - Día tres (Tercera parte)

Día tres: Tercera parte
Subtítulo: La ida y la vuelta

- Sí, acá mismo -Dijo Goll cuando el Utghar y el enano ya se habían ido. Se dio vuelta, mirando a Thof y a Soro- ¿Van a poder?
- Por supuesto -Sonrió el caballero.
- Vamos, Livh -Dijo dirigiendose al camino escojido.

La syrtense no decía nada. Estaba demasiado callada para el gusto del Nordo.

- ¿Estás bien? -Preguntó él.
- ¿Eh? Sí, sí -Respondió y volvió a mirar el suelo- Es que... Después de tanto tiempo
- Si lo que querés es que nos pidamos perdón...
- ¿Pero vos que me hiciste?
- ¡Te grité, te empujé, te dejé sola en medio de Alsius!
- ...
- ¿Me perdonás?
- Sólo si me perdonás haberte engañado
- Somos un par de estúpidos -Gritó abrazándola- Estás perdonada
- Vos también

Continuaron caminando de la mano, aunque sin saber bien de qué hablar. Al principio fue fácil, se contaban lo que les había pasado mientras estaban en distintas partes del continente. Pero cuando se acercaron a la parte en la que Goll conoció a Íewen...

- ...Y la llevé a mi casa. Parecía enferma y las pocas veces que me hablaba me pedía comida o bebida caliente
- ¿Sí? Y... ¿Qué te dijo Thof cuando se dio cuenta de que te habías quedado en tu casa tres días seguidos?
- Estaba algo enfadado, por eso le pedí que venga a mi casa para que me crea cuando le cuente. Y cuando, jeje... Cuando llegó...
- ¿Qué?
- ¡¡¡ESTABA MÁS ROJO QUE UN IGNITA!!! No decía ni siquiera un "Ahá". Las respuestas de "Sí" y "No" las respondía con la cabeza... ¡Ja ja! No sabés como me reí cuando me dijo que estaba enamorado... "¿En serio?" le respondí irónico... Fue muy gracioso, la cara roja y la boca cerrada... Sólo la abrió para decirme eso, jeje
- Mmm
- ¿Qué te pasa?
- Nada
- ¿Segura? -La semielfa asintió, pero después se le apagó la sonrisa- Bueno...

Cuando llegaron a ese punto nadie tenía ganas de comentar algo. De vez en cuando hablaban de Thorkul y Evendim, pero muy poco.

- ¿Tenés sueño? -Preguntó Goll bostezando
- Vos tenés sueño
- Pero si viente Thorkul...
- Soy semielfa, puedo quedarme despierta mucho tiempo
- Mmm... Está bien -El guerrero se recostó.

Ella se sentó a su lado. Esperando lo peor, no al gusano... A esa persona... A esa persona que la había agarrado, torturado. Fue salvada por un chico. No supo de qué reino era porque no habló. Cuando la tiraron en el agua, él hizo Terror de Sultar para espantar a los que la habían dejado ahí, debajo del Puente Blanco del pantano. La llevó hasta la muralla y ahí fue acesinado por los guardias... Seguro era ignita. La persona que la había obligado a rastrear a un alsirio... Era un Utghar, ya que aquella persona le había dado pelos celestes blanquecinos para encontrarlo... Era brujo, porque lo que buscaba era su poder... Era... ¿Era Torg? ¿Torg Snowflake?

- ¡Era él! -Gritó sin darse cuenta
- ¿Eh? -Dijo Goll despertando
- ¡La que controla a Thorkul quiere el poder de Torg!
- ¿De Torg? ¿No querrá el de Íewen?
- ¡No, no! ¡Torg es el brujo más poderoso de Alsius! Buscando al más poderoso de Syrtis... ¡AY, NO!
- ¿¡Qué pasa!?
- ¡Esa ignita! Una elfa más oscura que los elfos oscuros
- ¿¡!?
- Sus poderes la invadieron, la oscuridad es mayoría dentro de su cuerpo. Tres cuartos de su alma es oscura, negra...
- ¿¡De quién me estás hablando!?
- ¡¡Sus planes son horribles!! ¡¡¡QUIERE CONSEGUIR AL BRUJO MÁS PODEROSO DE ALSIUS Y AL MÁS PODEROSO DE SYRTIS PARA ROBARSE SUS PODERES!!!
- ¿Ella es bruja?
- ¡No sé, es una loca maniática! Fue horrible, fue horrible...
- Tranquilizate y explicame de qué me estás hablando
- Conozco a la ignita que controla a Thorkul, a Evendim y a Daen-Rha... Lo único que sé de ella es que es una bruja loca y maniática. Posiblemente la que manipuló al gusano para destruír la ciudad de los enanos. Hay que volver, debemos preguntarle a Torg qué sabe de ella... Tenemos que volver
- ¿¡Volver!? ¡Ni en sueños!
- ¡Pero no podemos contra esto! Ni Thof, ni Khor, ni Torg... ¡Ni nosotros!
- ¿Y qué me decís del chico, eh? ¡Soro tiene el libro con los hechizos de Evendim! ¡¡Hay más de un millón de hechizos ahí dentro!!
- ¿¡Y!? ¡El creador está del lado de una psicotica!
- Somos seis contra tres, tenemos que ganarles
- ¡Un par de guerreros no pueden hacer nada contra esos monstruos!
- ¡Livh! -Gritó para callarla- Aunque no podamos contra ellos, Íewen está ahí.
- ¿¡Qué!?
- Es mi amiga y no tengo ganas de que muera. ¡¡Imaginate a Thof si le pasa algo!! Dos por uno, no gracias...
- ¿Te digo algo? ¡Lo importante es sobrevivir! Si uno está en peligro y otros lo ayudan sabiendo que no van a ganar, no va a morir solo uno ¡van a morir todos! ¿Preferís que muera ella sola o que muramos todos nosotros?
- La verdad... no sé -Dijo y se adelantó.

Cuando vio para atrás, Livh no estaba... Se había vuelto.

Fin del día tres

Parte dos - Día tres (Segunda parte)

Día tres: Segunda parte
Subtítulo: El bajo y el alto

- Nos encontramos acá, ¿sí? -Dijo el Utghar.

No pudo ver si asintieron o no porque ya se estaba marchando. Tuvo que gritarle a Khor que se apurara varias veces por su lentitud.

- ¿Tenés idea de a dónde lleva esto? -Preguntó el enano
- No, pero hay posibilidades de que lleve a la guarida de Thorkul. Pocas, pero hay...
- Mmm... Todo esto me confunde bastante. Cuando yo me encontré con la señorita Íewen en el fuerte Aggersborg me dijo que valla con todo el clan a capturar Shaanarid. Yo soy muy amigo de ella así que, sin preguntar, hice lo que me pidió. No estaría metido en todo este lío del gusano y la magia de Endedim o como se llame de no ser porque ellos me aceptaron como un buen y confiable compañero. Es más, cuando fueron a hacer la investigación al Valhalla me pidieron que cuide a la señorita Livh y a la princesa.
- Osea que no sabés nada de lo que se trata en realidad
- Lo que hago acá es ayudar sólamente. Si no me llamaban no venía -Dijo- ¿Le puedo preguntar una cosa, señor Snowflake?
- Claro
- ¿Por qué dejó la Jihad?
- Porque estaba metido en muchas cosas de las que nadie se podía enterar
- ¿Pero hacía falta salir del clan para eso?
- Sí, le tenía demasiada confianza a los del clan. No podía decirselo a NADIE -Insistió.
- Mmm... A mí me hubiera encantado estar en ese clan, yo creo que con un esfuercito podrías hab...
- ¡No, no podía! -Gruñó enfurecido.
- Perdone, señor Snowflake
- Me saca de quicio que me digas así... ¿Por qué no cerrás tu barbuda bocota?
- ... -Cuando el Utghar se adelantó, dejando al bárbaro atrás, este pudo ver que se le habían puesto los pelos de punta- Torg
- ¿Qué?
- No quice molestarlo. Si le pregunto cuales eran esas cosas de las que nadie podía saber, ¿se enojaría?
- ...No, pero tampoco te las diría -Respondió ahora con más tranquilidad.
- Está bien -Desde ese momento, no volvieron a hablar por un rato.

El enano cada vez caminaba más lento. El Utghar cada vez daba pasos más cortos y con menos ganas que antes. El sueño los envolvía y los transformaba en zombies. Sus cuerpos ya casi caminaban sólos, ellos dormían dentro suyo... O eso es lo que querían. Sin aviso, se escuchó un ruido a metal cayendo al suelo. Era el bárbaro que, gracias al cansancio, había tropesado.

- No podemos quedarnos dormidos... -Dijo el brujo- ...Thorkul puede aparecerse en cualquier momento y eso es lo que menos queremos, ¿cierto?
- Mmm, sem -Un bostezo, seguido de otro de la cabra inundó sus mentes con un sólo deseo: descansar.

Horrorosas pesadillas sobre gusanos gigantes aterraban los sueños del enano. Un fuerte ruido despertó a Khor. Al abrir los ojos pudo ver a Snowflake luchando contra una serpiente espectral.

- ¿¡Qué hace eso acá!?
- Entró por el famoso pozo del norte de la zona de guerra -Dijo tratando de matar al anfibio sin usar hechizos que utilicen mucha maná- Ahí es donde fue dormido el horrible monstruo
- Yo vi a alguien matar de una a esos bichos con un hechizo que se llamaba... Ni idea, pero era como un pequeño huracán
- ¿Tornado? ¿¡Tenés idea de cuánto cuesta eso!? ¡Thorkul vendría enseguida!
- Yo sólo te digo, ¿preferís morir a causa de una estúpida serpiente o...?
- ¡¡SILENCIAR!! -Gritó. El enano no volvió a decir palabra- ¡Cortale la cabeza y ya!

Eso fue lo que hizo el bárbaro, de mal humor, pero lo hizo.

- Uf...
- ¡Al fin! ¿Por qué no me decías que me calle y punto? No es tan difícil
- Silenciar es más... ¿¡Silenciar!? ¡Estúpido, estaba tan nervioso que te silencié!
- Creí que estabas feliz de haberme callado.
- ¡Los hechizos mentales poderosos llaman mucho la atención de los monstruos! ¿No te das cuenta?
- ¿Me estás echando la culpa porque hiciste un hechizo que puede llegar a matarnos?

El Utghar agarró la mano de su compañero y empezó a correr. Siempre para adelante. No estaba seguro de si lo que habia dicho era verdad, pero no se arriesgaría. Esa elfa... Se volvió completamente loca ¡Despertar a Thorkul, Daen-Rha y a Evendim! No puede existir un poder tan potente como para tal cosa se decía, Fue culpa de ese libro. Ella era pacífica cuando vivía en las tranquilas tierras de Aguas Profundas. Cuando volvió a Ignis y entró a esa biblioteca... Encerrada, sin comida ni agua, la oscuridad la fue invadiendo de a poco. Tal vez ya esté muerta y lo que queda de ella es nada más que su espíritu. ¿Pero por qué volvió en esta época? ¿Qué pasó que la despertó? Cuando llegue al final del túnel y me encuentre con ella... juro que me va a aclarar muchas dudas.

- ¿Cuánto dormimos?
- Supongo que menos de tres horas
- ¿¡QUÉ!? ¿¡MENOS DE TRES HORAS!? Pobre de mí
- ¡Dejá de quejarte y corré!
- Si nos está persiguiendo, no importa si hacemos poderes de mucha maná porque ya sabemos que se dirige hacia nosotros
- ¿¡!? -El enano se frenó.
- ¡RETORNO! -Gritó y salió disparado.
- Ay, no -Agarró su báculo con ambas manos- ¡PILÓN DE MANÁ, MURO DE VIENTO, MAESTRO DE LA DESTRUCCIÓN!

Comenzó a correr lo más rápido que pudo, pero eso no era suficiente. Como desearía autohechizarme con Destreza Felina pensó en voz alta. Tomó su báculo e hizo el encantamiento como si se lo estuviera haciendo al aire. Velozmente puso su mano en donde había lanzado la magia y se escuchó un ruidoso "¡¡MIAU!!". Así está mejor.

- ¡Torg, apúrese!
- ¡Ahí voy!
- ¡EMBESTIDA! -Gruñó el petiso, haciendo que el Utghar gane aún más rapidez.

A toda velocidad, el alto y el bajo no paraban. Tranquilo el temor, enloquecida la valentía. De repente, a Khor le dieron ganas de quedarse ahí y cenar cabeza de gusano. Frenó. El brujo también lo hizo, pero para ver qué pasaba.

- ¿¡Qué hay!? -Preguntó sin obtener respuesta.

Un bárbaro... Un hacha... Y un horrible monstruo acercandose a él

- ¡¡¡SED DE SANGRE!!! -Gritó al ver los brillosos ojos del anfibio, como las luces delanteras de un gigantesco tren.

Este abrió la boca para tragarse directamente a los alsirios. Mostrando los amarillentos, putrefactos y olorosos dientes.

Difícil de relatar esta lucha... Llamemoslos simplemente el gusano y el enano. El enano saltó, clavando su arma entre los ojos del gusano. Este quedó aturdido por unos minutos, lo cual le dio tiempo al enano de salir de su frente. El gusano despertó y lo primero que hizo fue abrir bien la boca y deslizarse con toda velocidad hacia adelante. Para no ser tragado por el monstruo, el enano clavó su hacha en el paladar de este. De repente vio una extraña y blanca luz fuera de la boca del gusano. Era Torg que estaba haciendo un hechizo para que el monstruo no lo trague. Un horrendo chillido aturdió al guerrero, quien soltó su arma para taparse los oídos. La sacó del paladar del animal y comenzó a darle hachazos al resto la boca.

- ¡¡¡INVOCAR RAYOS!!!

El anfibio no murió, sólo escapó golpeando las paredes con la cola. Luego un agitado temblor hizo que el suelo se destruya. Lo poco que pudieron ver hacia abajo antes de caer fue agua. Cuando tocaron el suelo vieron que estaban en una sala de paredes blancas y piso de roca. El techo era de agua. Era muy extraño, no se sentían mojados ni pesados por la ropa... ¿Dónde estaban?

Intermedio

Parte dos - Día tres

Día tres: Los tres destinos.
Subtítulo: El genio y el poderoso.

- Los otros cuatro ya se fueron -lo apuró Thof
- Pará que tengo que encontrar el hechizo indicado
- Pff...
- ¡Acá está! -Se paró, agarró de la mano al caballero y pronunció la palabra siguiente- Erthercuilin
- ¿...? -Una burbuja transparente grisácea los encerró.
- Si sacás cualquier extremidad de tu cuerpo el hechizo se va a romper y todos los olores y/o pestes van a intoxicarnos... -Avisó- Así que no seas el típico guerrero atolondrado
- Manejo bien las armas a dos manos, pero no soy bárbaro. No te confundas, niño
- Perdón, perdón...

De repente un temblor agitó el suelo, haciendo que el Nordo casi caiga fuera de la burbuja.

- Igthos -Susurró Soro. Una luz envolvió la tierra que estaban pisando por unos pocos segundos- Se acerca algo grande, fuerte y muy poderoso...
- ¿No es gusano? -El chico agarró fuerte el brazo de su acompañante y comenzó a correr a toda velocidad.
- Nos está alcanzando... -Dijo sin parar de correr.

Luego se apoyó en lo que sería la pared y murmuró "Idcortezinmig". Sus pieles se confundieron con la tierra y se transformaron en parte de ella. El monstruo pasó como un rayo sin darse cuenta de que estaban ahí.

- Discortezinmaeg -Sus cuerpos volvieron a la normalidad. Sus ropas estaban empapadas en sangre, ya que el túnel era justo del tamaño de Thorkul.
- Al menos no vamos a tener que preocuparnos por los demás... Ya sabemos que el bicho está acá
- Sí, y... lo estamos siguiendo -La expreción de Thof se volvió como si hubiera visto un fantasma- No te preocupes, me tenés a mí que puedo usar los hechizos del libro y yo te tengo a vos que... que... ¡que podés luchar! ...Sí, sí ¡y cortarle la cabeza también!
- ¡Así es!

Continuaron su camino. Sin aviso, el caballero cayó al suelo de rodillas.

- ¿Estás bien?
- Demasiado cansado... Nunca estuve dos días seguidos sin dormir
- Si querés descansá, yo me puedo quedar despierto mucho tiempo
- ¿Hasta una semana? -Preguntó desafiante. El niñó asintió- Trato hecho
- Jeje -Agarró el libro de Íewen y comenzó a leer.
- ¿No te va a pasar nada?
- Tranquilo, pienso leerme toda la sección de protección en este instante -Dijo sonriendo y se sentó.
- Bueno... Gracias -A veces los chicos son más extraños pensó.

Una elfa oscura de aspecto pacífico. Junto a un elfo con hermosas alas de grifonita y un montón de ignitas. Ella aparece de repente en medio de una sala con una mesa y una biblioteca repleta de libros. Agarra uno y comienza a leerlo. Unos días después la pobre conjuradora no puede soportar sus frenéticos impulsos de acesinato. Grita por el dolor, grita por la locura. La pobre no puede... Al pasar el tiempo, sus delicados ojos de curandera se transforman en mortales ojos rojos de nigromante. Sus poderes ya no son de una profesión en especial. Su mente es pura y únicamente maligna y oscura. Detrás de ella, un gigantesco ígneo con armadura, un espectro con una espada larga y un horripilante gusano monstruoso se presentan listos para obedecer a su nueva ama. Con tal de conseguir la vuelta a la vida, Evendim y Daen-Rha siguen a la loca hechicera. Por el contrario, Thorkul sólo lo hace por instintos y a la fuerza. La única debilidad de la bestia, "Dominio de la Voluntad" es lo que usa la ignita para controlarlo.

- ¿¡QUÉ!? -Gritó Thof al despertar.
- ¿Estás bien?
- ¡Tuve un sueño horrible! Una elfa oscura loca que controlaba a Thorkul y a otros dos más con un hechizo llam... ¿Dominio de la Voluntad no es un hechizo mental?
- Sí, muchos magos lo usan para combatir bestias fácilmente. Pero para controlar algo como Thorkul hay que ser muy poderoso
- ¡El ignita que destruyó la antigua ciudad de los enanos! ¡¡Era ella!!
- ¿Quién?
- No sé, una loca
- ¿Cómo eran los otros dos?
- Un ígneo y un fantasma horribles
- Daen-Rha y Evendim
- Ni idea
- Seguime, te veo lo suficientemente despierto como para seguir caminando
- ¿Pasó algo mientras yo dormía?
- Sí, volvió Thorkul... Pero con Idcortezinmig hice que nos unamos a la tierra otra vez
- ¡Entonces tal vez está con los otros!
- Es posible, ahora sigamos...

¿Este está loco? ¡Debe tener como máximo 16 años y ya dice esas cosas! ¿Qué habrá sido de su infancia? Se decía el guerrero mirando atentamente al joven mago.

Intermedio

Parte dos - Día dos (Segunda parte)

Día dos: Segunda parte

Caminaban los siete por el túnel de Thorkul. Estarían pasando por el Descenso de Herulf en ese momento. No sabían la hora porque no podían ver el cielo. De repente pudieron escuchar un ruido que venía detrás de ellos. "Corran" fue lo único que pudo decir su nuevo compañero, Torg Snowflake. Eran como enormes pisadas de un ser de cuatro patas que iba cada vez más rápido. De repente frenaron, de lo que sería "el techo" había caido una roca de tierra. SI seguían ahí parados, algo se les caería encima. Comenzaron a ir a toda velocidad mientras se iban cayendo pedazos de techo. En un momento tropesó el enano, quien iba ultimo por su desventaja: patas cortas. Goll lo estaba ayudando a levantarse cuando un monstruo cayó de arriba. Sea lo que sea, estaba desmayado o muerto. Corrieron todas las piedras que habían caido junto a él y pudieron ver que tan sólo era un chico que no aparentaba ser muy grande.

- ¿¡Estás bien!? -Preguntaban todos nerviosos. ¿Qué hacía alguien de esa edad caminando por ahí?
- COF COF... Sí
- ¿Cuál es tu nombre? ¿Seguro que no te pasó nada?
- ¿No me recuerdan? -Preguntó con cara de felicidad. Al ver la incredulidad de ellos, el chico saltó de la alegría- ¡Sí, me salió bien!
- ¿Qué está pasando acá?
- Mi nombre es Soro y me encontraron antes de entrar a Alsius. Cuando me vieron por primera vez era un horrible monstruo. Cuando estabamos por llegar a Gokstad yo hice un hechizo llamado "Indestempus"
- ¿¡De dónde sacaste eso, niño!?
- ¡Escuchen! Mucha gente cree que ese hechizo sirve para parar el tiempo en un lugar determinado, pero no es así... El Indestempus hace que la gente que encerraste en la burbuja roja no te recuerde. Sus compañeros de Los Caballeros del Norte no los van a reconocer a menos que les digan lo que pasó, ¿entienden? Es muy útil en algunas cosas y muy inútil en otras
- ¿¡Para eso sirve!? -Gritó Íewen nerviosa- ¡¡¡NO!!! ¡Yo lo usé en un montón de gente!
- Resulta que este chico es un genio y todos nosotros unos estúpidos -Dijo Torg- . Sobretodo vos, Íewen
- ¿¡QUÉ!? ¿¡NO TE DAS CUENTA DE QUE ESTO NO ES BUENO, BESTIA PELUDA!? -Gritó eufórica.
- ¿En cuántas personas lo usaste sin contar a los caballeros del norte?
- Shh -Le dijo Goll a la maga entristecida- Él puede entenderlo si se lo explicás
- ¿? -Nadie entendía, hasta que el caballero susurró "Se lo hizo a su padre"

La Norda ya estaba llorando. Tanta gente la había olvidado por un tonto hechizo.

- Hay una especie de contra-hechizo para esas cosas... -Dijo el que se hacía llamar "Soro"- Yo no lo usé con ustedes para tener una razón para explicarles para qué servía.
- ¿Cuál es el contra-hechizo? Nos vendría muy bien -Preguntó Goll.
- Es la página 852 del libro de Evendim
- ¿Y vos... Snif snif ...Y vos cómo sabés eso?
- Tomé tu libro cuando cayeron a este pozo.
- ¿¡Cómo!?
- Hay un montón de hechizos de tiempo desde la página 740 hasta la 860
- Ahora que ya sabemos como volver a las memorias de toda esa gente... ¿Podemos continuar el camino?
- ¿¡A VOS LO ÚNICO QUE TE IMPORTA ES LLEGAR AL ESCONDITE DE THORKUL PARA CORTARLE LA CABEZA DE UNA VEZ!? ¿¡LO ÚNICO!? ¡¡¡SÓLO PENSÁS EN VOS MISMO!!! -Se paró y salió corriendo.
- ¡¡Íewen!! -Gritaron Goll y Thof al mismo tiempo.
- No hay caso, desde que se fue de su casa que le cuesta hablar con su padre... -Dijo Goll- Ahora la creerá una loca
- Pero si hacen el hechizo del que les hablo no pasará nada... Creo que también hay hechizos para recorrer las mentes, tal vez así se hablen mejor
- Por favor, Soro... Mantené tu boca cerrada, aunque sea hasta que encontremos a Íewen
- No puede haberse ido muy lejos... -Dijo Livh olfateando un pelo de la maga que había caido de ella cuando se alteró- Por ahora no hay mucha más opción que seguir derecho

Se pararon todos y, con la cazadora adelante, partieron en busca de Íewen. Pudieron seguir su rastro, aunque tuvieran que pasar por una vifurcación... La cosa se les complicó cuando entraron a un lugar con trece direcciones diferentes.

- ¿Podés con esta, Livh?
- No sé... -Se acercó a la primera y se encontró con un olor horrible- ¡COF COF! Puaj, ¿qué es esto? -Se volvió con los demás
- ¿Qué pasa?
- ¡No entren allí, es un asco! -Gritó tociendo. Torg se asomó sin entrar y sintió un extraño viento que venía de allí.
- Puede que lleve a la sala en donde Thorkul guarda los esqueletos de sus víctimas.
- Yo podría ir a ver -Ofreció Soro- Acá hay muchos hechizos, seguro hay alguno para entrar sin ser apestado.
- Yo te acompaño -Todos miraron a Thof, quien había hablado- ¿Y si hay algo que él no pueda combatir? Voy a ser su guardaespaldas.
- Nosotros vamos a ir por este camino -Dijo Torg señalando al de al lado- , cualquier cosa nos encontramos en este mismo lugar...
- Yo voy a ir por acá -Anunció Goll de repente- Así podemos recorrer más caminos a la vez
- Yo lo acompaño -Dijo Livh- Para que Khor proteja de Torg si hace falta luchar cuerpo a cuerpo
- Nos encontramos acá, ¿sí?

Todos asintieron y comenzaron su viaje. Un caballero y un mago en el primero. Un bárbaro y un brujo en el segundo. Y otro caballero y una cazadora en el tercero... Los caminos se hacían largos y a los caminantes les daba sueño. Aunque ellos no se dieran cuenta, la noche estaba cayendo y los túneles creciendo.

Fin del Día dos

Parte dos - Día dos

Día dos: Enket Dor

- ¡Al fin llegaron!
- Tampoco tardamos tanto -Gruñó el enano.
- Bueno, ahora ponganse todos al lado mío -Dijo la maga. Todos la obedecieron- Indestempus

Una burbuja roja violácea los envolvió y todo lo que había quedado afuera estaba más duro que una roca.

- ¿Qué pasó? -Preguntó Thof
- Se paró el tiempo -Contestó Íewen- Ahora alejense.

Como hace unos minutos, todos hicieron caso y se corrieron a unos metros de ella.

- ¡¡¡EXPLOSIÓN DE MAGMA!!! -Gritó sacudiendo su báculo y haciendo que una bomba de lava estallara en la tierra
- Al fin algo que conozcoooooooooAAAAAH!!! -Todos cayeron a una especie de túnel junto la tierra que hace un rato estaban pisando.
- Lo sabía... -Aseguró la Norda- Esto es una especie de gigante que hace túneles bajo tierra para tomar a los alsirios que van al Valhalla. Fue el que tomó a Gasser y a Gosfer.
- ...Por eso la tierra estaba tan devilitada -Dijo Goll- . Porque este ser estaba haciendo túneles bajo el Valhalla.
- Yo digo que sigamos el camino -Todos miraron al enano sorprendidos
- Tiene razón -Dijo alguien detrás de ellos- No hay otra salida

Cuando se dieron vuelta pudieron ver a un Utghar brujo con un extraño báculo en la mano.

- ¿Quién sos? -Preguntó Thof intrigado
- Es un brujo muy sabio, estuvo en La Jihad.
- Gracias por la presentación -Miró a la princesa- Alavada sea, Dusmirild
- ¡¡¡!!! -Se habían olvidado de que estaba ella ahí.
- ¿¡Dusmirild es su nombre!? -Comenzó el enano- ¿De dónde la conoce?
- Leo mucho... -El petiso lo fulminó con la mirada- Y, ¿puedo preguntar qué hace acá?
- Es una laga historia, no querrás oirla -Dijo Livh salvando a todos y a ella misma.
- Es verdad, no hay mucho tiempo antes de que vuelva nuestro querido amigo, el gusano... -Todos miraron al Utghar incrédulos- Ahora, siganme por favor.

El camino subía y bajaba, se veía sangre en las paredes de algunas zonas. No era un sitio muy agradable.

- Thorkul existe desde antes que los enanos y los Nordos se unieran... Fue la primer criatura nigromante de los elfos oscuros cuando fueron desterrados de Syrtis.
- ¿Y por qué está en Alsius entonces? -Preguntó Íewen.
- Esperá que no voy ni por la mitad... Un Alturian encontró un libro de hechizos mentales oscuros y consiguió lo que necesitaba: el hechizo "Dominio de la Voluntad". Cuando le contó su idea de controlar a Thorkul para ponerlo en contra de los ignitas al rey, lo acusaron de nigromante. Como lo habían desterrado de Syrtis y no podía volverse ignita, decidió unirse a los Nordos. Los sorprendió con sus habilidades para curar y para controlar seres. Lo primero que hizo para que lo aceptaran fue controlar un lobo y hacer que este se pelee con otro. Luego hizo que se noquearan para que, al despertar, estos no les atacaran. Todas las noches leía la página de "Dominio de la Voluntad" del libro que había tomado -Goll le echó un vistazo a la maga- para que cada vez pudiera controlar seres más grandes e imprecionar a los Nordos. Cuando llegó a controlar a Thorkul, estos lo nombraron su líder y capitán. Todas las órdenes las daba él. Estaba tan orgulloso de haber podido manejar a un ser tan poderoso como un dragón y gobernar una civilización que se había olvidado de lo que pasaría si un ignita se diera cuenta. Una vez que los Nordos se unieron con los enanos, un maestro nigromante controló al gusano e hizo que destruyera la antigua ciudad de los bajos. Los ahora alsirios le dieron el peor de los castigos al Alturian... Hicieron un trato con el elfo oscuro, el cual consistía en que ellos le daban al syrtense y él dormía a Thorkul.
- Funcionó, ¿no? -Se intrigó Khor, a quien no le agradó mucho la historia del Alturian.
- Sí. Pero parece que ha despertado un poder por el Valhalla tan grande, que hizo despertar al gusano... ¿Alguien sabe de qué se trata?
- Yo conocí a una mujer muy poderosa que le encantaban los lugares bajo tierra. Hace mucho que no la veo, creo que murió
- ¿Era nigromante? -Preguntó Torg.
- Si te referís a si era de Ignis, sí... Pero, actualmente, conozco a una persona que es muy poderosa... Tal vez más que esa ignita -Íewen bajó la cabeza. sabía que se trataba de ella. Goll siempre trataba hablarle de eso, pero nunca podía hacerlo sin sonar agresivo.
- Sé de quién se trata -Afirmó el Utghar.
- ¡A ver! -Gritó el competitivo de Thof.
- Alsiria, Norda, hechicera de los caballeros del norte, muy amiga de ustedes por lo que veo y siempre lleva un libro de magia antigua guardado en su túnica, ¿o me equivoco? -El caballero fulminó al brujo como había hecho el enano hace unos minutos.
- No, no se equivoca -Habló la maga- Tomé este libro de la biblioteca de mi madre hace mucho tiempo... Lo leo desde que era muy chica.
- Te escuché haciendo un hechizo de ese libro y me imprecioné lo suficiente como para preguntarte quién se lo dio a tu madre.
- Ella murió cuando yo era muy chica. Sólo sé que su maestro era un elfo de Syrtis llamado Evendim
- ¡¡¡...!!! -Snowflake había quedado mudo, su sorpresa era tal que sus ojos habían quedado clavados en la boca de la jóven Íewen- ¿¡E-Evendime decís que se l-llamaba!?
- Sí, no lo conocí. Murió antes que ella. Cuando yo todavía no había nacido.
- ¿Conocías a Evendim? -Preguntó Thof desconsertado.
- Evendim era un... un hechicero mentalista muy poderoso de Syrtis -Dijo Livh- De mis compañeros nadie llegó a conocerlo, pero el entrenador de brujo de Dohsim se retiró a la parte interior del reino al saber lo que había hecho con su magia.
- ¿Y qué había hecho?
- Todo esto me lo contó el que suplantó al anterior entrenador de brujo, Akasavut. Me dijo que luchó contra un elfo oscuro que se había vuelto loco. Había mutado su cuerpo con el de un Ígneo y triplicado su poder que ya era mucho. Murieron los dos a causa de un hechizo que usó Evendim. No me dijo cuál era, pero sí que era muy terrible y que inundó lo que ahora son las X de arena.
- Ellos volvieron por la misma razón que Thorkul... -Dijo Torg al volverle el habla- Un poder muy grande despertó en el gran continente de Ra. Evendim despertó donde había muerto, Daen-Rha donde se había transformado en un monstruo y Thorkul donde se había dormido.
- Pero, si Thokul está despierto... -Dudó Thof
- ¡¡¡PUEDE VENIR HACIA ACÁ EN CUALQUIER MOMENTO!!! -Gritó Khor.
- No, él sólo sale de su escondite cuando alguien utiliza un hechizo muy poderoso (es ciego creo) -Lo tranquilizó el Utghar- Su olfato rastrea maná.
- ¡Pero si yo usé un poder de Evendim!
- Los poderes inventados por Evendim no utilizan maná, son mentales... TODOS
- Usé "Explosión de Magma" también
- Tranquila, los hechizos que más atraen al gusano son los de Control de Maná, los de Nigromancia y los de Vida
- Está bien... ¿Pero que hacemos si alguien hace un hechizo de alguna de esas disciplinas en el Valhalla?
- ¿Hiciste o no hiciste el "Indestempus"?
- Sí, lo hice
- Ahora mejor quedemosnos callados y no utilicemos poderes que consuman o estén hechos de mucha maná... Necesitamos un rastreador para saber si hay monstruos cerca
- ¿¡Monstruos!?
- Algunos entran por los túneles al escuchar algo, y los que tienen suerte llegan hasta acá...
- Yo soy cazadora -Dijo Livh. Se agachó, agarró un poco de tierra y la olfatió- No hay monstruos cerca. Pero... De esta forma puedo rastrear al gusano
- ¿Eso nos serviría, Torg? -Preguntó Goll.
- Depende de lo que quieran hacer
- Originalmente queríamos saber por qué habían desaparecido Gasser y Gosfer, dos amigos nuestros... Pero si hay que cortar cabezas de gusanos feos, yo no me enojo -Dijo Thof.

Intermedio

Parte dos - Día uno (noche)

Día uno: El llamado del ahogado

Llegaron por fin al alavado puente que les demostraba que ya estaban por lo menos en la entrada.

- Bien... -Dijo el capitan, llamando la atención de todos- Thof, quedate acá con los guerreros de Rango Medio hasta que yo te diga
- Como diga, señor -Pff, siempre somos nosotros los que tenemos que pasar frío se decía para sus adentros
- Íewen, Dukumo... Llévense a todos los arqueros y los magos al Valle -Se dio vuelta para mirar a su "Paladín"- Vos, Goll... Llevá a los guerreros de Rango Aprendiz. Confío en que tu primer misión de "subcapitán" te va a salir bien
- Así será, señor -Alzó las manos para avisarle a los que le habían otorgado a él que lo siguieran y se dirigió al valle
- Los demás, sólo síganme -Dijo- Thof, caza unos osos para no pasar frío... Ustedes van a dormir acá
- ¡¡¡!!! -Su sorpresa fue tal, que el viento aprobechó para agarrarlo distraído y un ventarrón se le vino encima- ¡Ay! Está bien, señor...
- Así me gusta... -Finalizó.

¿Alguien tiene que pasar frío durante la noche? ¡Los de Rango Medio! ¿Alguien tiene que meterse al agua helada? ¡Los de Rango Medio! ¡¡Hasta cuando hay que ir a la otra punta del mundo nos mandan a nosotros!! ¡Encima yo soy Rango Alto, no sé por qué me dejan con estos...!

- ¿Cómo estarán Khor y los demás?

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- ¡Mmm! Nada es tan bueno como un plato de carne de Dientes de Sable para cenar... ¡Delicioso! -La satisfacción del enano fue interrumpida por un ruido similar a cuando algo se cae al suelo- ¿¡QUIÉN ANDA AHÍ!? ¡MIRE QUE SOY PELIGROSO AUNQUE NO ESTOY ARMADO, ¿EH?!
- Tranquilo, Khor... -Dijo una bella voz conocida- Fui yo
- Perdonde, señorita. Es que cuando me estoy alimentando soy muy...
- ¿Salvaje?
- No iba a decir eso, pero podría ser, y... -Observó a la semielfa, vestida con las ropas más abrigadas que podría tener alguien en Alsius- ¿a dónde va, si se puede preguntar?
- Quería ver al sol caer desde Alsius, la única vez que lo hice fue... en un momento que no era adecuado
- Bueno, pero hace mucho frío afuera. Recuerde que estamos en...
- ...El pueto, el lugar más bello para ver el sol caer
- Si piensa quedarse toda la noche ahí y ver también el amanecer, debería llevarse unas mantas también. Puedo cazar un lobo para usted. La piel de los oscuros es perfecta para resistir al frío.
- No se preocupe, estoy bien -Sonrió ella- Ahora, si me permite

Khor la vio salir de la casa de su compañero Thof como si fuera suya. No le importó. Al terminar de cenar, antes de irse a dormir fue a verificar que la syrtense estuviera bien. Recostada sobre unas mantas, tapándose con las otras. Con los ojos bien abiertos observando el hermoso cielo estrellado.

Mientras, a unos kilómetros al norte (11:45, cielo despejado)

- Escuchenme atentamente -Le dijo Berderik al "Paladín", la "Hechicera" y el "Acesino a Distancia"- Mientras todos duermen, los encargados de revisar el lugar van a ser ustedes. Pueden hacer cualquier cosa, con tal de averiguar con qué nos enfrentamos. Si no encuentran nada, vuelvan y descansen lo que queda de la noche. ¿Están todos de acuerdo?
- Sí -Afirmaron los tres.
- Así me gusta, ¡comiencen ya que no tenemos mucho tiempo!

Goll fue a buscar su espada y su escudo. Dukumo a buscar su arco, sus flechas, sus dagas y sus piedras mágicas. E Íewen a buscar su báculo, su sombrero de punta y el libro de su madre, el cual se lo guardó en un bolsillo interior de la túnica para que nadie le hiciera preguntas.

- Yo recomiendo que nos dividamos -Dijo Dukumo de repente- Goll, vos podés ir a explorar el valle. Yo voy a comunicarme con los árboles y las plantas a ver si saben algo.
- ¿Y yo? -Preguntó la maga de mal humor
- Hacé algo con tus magias raras -El caballero sorprendió a los otros dos- , tal vez hay algo en ese hermoso libro que llevás a todas partes que pueda ayudarte
- Mrrrf... -Se dio vuelta y se dirigió a la pequeña laguna del centro de Valhalla.
- Mejor no me meto -Dijo sábiamente el cazador y se acercó a un arbusto de por ahí.
- Ubnustudithorkul -Susurró para que nadie la oyera. En el agua se reflejaron unos horrorosos ojos que hicieron asustar a la chica- ¿Enket Dor? ¿¡Qué es eso!?
- ¿Pasa algo, Íewen?
- No, nada. Sólo... ¿Te podría pedir que me hagas un favor, Dukumo?
- Claro, ¿cuál?
- Llamar a Thof
- ¿A Thof? Pero él está en la entrada por órden del capitán
- No te preocupes, sólo son unos minutos
- Está bien -El enano se alejó sin saber bien si lo que hacía estaba bien.

El frío envolvía los cuerpos de los pobres guerreros. Los Utghars se las arreglaban con un poco de piel de oso reforzando su abrigada piel. Pero los demás sufrían cada vez que el viento se ajitaba un poco más de lo que debía. Allí estaba el caballero, cazando osos y yetis con la poca energía que le quedaba. Ahora que lo pensaba, dudaba en si sería demasiado egoísta que se quede las pieles sólo para él. Vio un tigre muy peludo avanzándo por el puente, lo cual le sorprendió un poco... Pero no lo suficiente como para detenerse ante él. La criatura había muerto y recien cuando cayó al suelo Thof se enteró que era de su compañero Dukumo.

- No importa, hay muchos en el Valhalla... -Suspiró- Seguime, Íewen te quiere decir algo
- ¿¡Íewen!? ¡¡Hace tiempo que esperaba que pase esto!! -Salió corriendo a una velocidad inhumana hacia el cálido sector de bosque en el medio de la fría Isla de Cristal- ¡Hola! ¿Querías decirme algo? jeje
- Sí, ¿sabés qué significa "Enket Dor"?
- "Bajo tierra" en el antiguo idioma de los Utghars, ¿no querés decirme nada máaaas?
- Sí, que tal vez esa es la clave por la que Gasser y Gosfer desaparecieron
- Sí, sí, pero... ¿¡En serio!? ¡No me imagino a un Utghar bajo tierra!
- Shh, vas a despertar al capitán. No quiero que se entere de esto
- ¿Por qué? -El antes casi desilucionado, ahora era un intrigado y asombrado Nordo.
- Si se da cuenta de que están bajo tierra va a mandar a todo el ejército de los caballeros del norte a cavar un enorme pozo por el que entremos todo
- Con uno ya me es suficiente, ¡y ni pensar con los brillitos esos que aparecen si te quedás mucho tiempo! Dan un miedo
- Mmm... Llamá a la princesa, a Livh y a Khor. Yo voy a avisarle a Goll.
- ¿¡QUÉ!? ¿¡ESTÁS LOCA!?
- ¿Tenías frío? ¡Corré!
- ¿¡!? -Sabiendo que no había otra opción, el caballero comenzó su camino a toda rapidez. ¿¡Por qué el telefono sólo existe en los libros de ciencia ficción!? se decía.

Unas pocas horas después, en el puerto de Gokstad (5:15, bello amanecer)

Definitivamente, había escuchado esos pasos antes... Apurados, dudosos y torpes. Se dio vuelta para encontrarse con una pesada coraza que se le estaba viniendo encima

- ¡¡¡CUIDADO!!! -Gritó él. La syrtense saltó de su improvisada cama y contempló al Nordo caer al agua.
- ¡¡¡!!! -Agarró su brazo y, por la fuerza del caballero cayó ella tambien. Empapada y congelada, la cazadora salió del mar con un ágil salto de felino.
- ¡Llamá al... Puaj, puaj ...enano! ¡¡Agh!! -Ella se paró y salió corriendo para la casa del que se estaba por ahogar.
- ¡¡¡KHOR, DESPERTÁ!!! -Trató y trató, pero fue inútil. El peludo seguía durmiendo- Uf... ¡Sí! ¡Smilodón!, ¡smilodón, vení rápido!

Un enorme tigre blanco de grandes colmiyos fue rápidamente hacia la habitación y le saltó encima al bárbaro.

- ¡AY, AY, AY! ¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO!?
- ¡Rápido! ¡¡Se está ahogando!!

Thof fue rescatado por la increíble fuerza del petiso.

- Gracias, pitufkhor -Dijo él aún escupiendo agua
- ¿¡!?
- Jeje -La estúpida sonrisa le bastó al bajo para darse cuenta de que eso era, un estúpido nomas.
- ¿Para qué viniste?
- ¡Ay, sí! Íew, digo Íewen, ella cree que Gasser y Gosfer están bajo tierra. Me dijo que los llamara
- ¿No estaban todos los caballeros del norte allí? Digo, porque son miles
- Ni idea, preguntale a ella... ¡Ahora, vamos!

Fin el día uno.