Parte cuatro: Los Invocadores y la predicción de los dioses ignitas.
Era una bella escena... Thof estaba recostado en el verde pasto al lado de Íewen, mientras Goll y Livh estaban sentados en una enorme roca de la mano. De repente, los dos caballeros preguntaron al mismo tiempo: "¿Qué pasó?".
El chico no se dio vuelta al notar la presencia de la ignita, simplemente preguntó qué quería.
- Saber por qué te fuiste
- Creí que lo sabías
- Sé mucho, pero no todo
- ¡¡Gak!! -El hombre volvió a tenzar el arco.
- ¿¡Ven Emvessil Men!? -Gritó Jean-Luc revoleándole la daga que iba a utilizar para matar al Utghar si hacía falta.
- ¿Quién es, de dónde viene y qué quiere? -Preguntó el príncipe amablemente.
- Soy Norggak, de Allahed, mucho gusto
- ¿De Allahed? -Se extrañó- Mmm... ¿Para qué viene?
- ¿Sabe muy bien que Allahed es de Ignis, cierto?
Esta noche hablaremos con Hammerstriker. Ojalá que lo encontremos al invocador.
¡Sí, voy a capturar mi primer fuerte! Va a ser grandioso, con ayuda de este bobo, pero bueno...
Mañana por la mañana, todos van a ser avisados del plan. No puede fallar.
Mmm... Ojalá que sea muy importante. Ya se está haciendo de noche, el rey odia que lo despierten tan tarde.
¡Jaja! Que ingenua que es... Se cree que caí en su trampa. Es obvio que ella escapó... Debe tener alguna razón... Ojalá que esos estúpidos la traigan viva.
- Brujos... -Murmuró él- ¡También conjuradores! -Dijo al ver luces y sonidos típicos de los hechizos de curación- pero ninguna flecha aún...
- Los días ya no son como antes... -Suspiró ella- Hay muchos problemas y todos relacionados entre sí... La hermana de ella es la invocadora syrtense y los ignitas la quieren secuestrar... La princesa es la invocadora ignita... Ella es otra de las hechiceras más poderosas... Todos queremos encontrar al invocador alsirio para protegerlo... Él no sabe quién es ni de dónde viene... El tiempo cambió, los vientos ya no están a favor de nadie
- Sí -Se escuchó una voz detrás de ellos- El viento está a favor de Syrtis...
- ¿De Syrtis? -Se extrañaron los ignitas.
- Vingüet desapareció y dudo que no halla sido intencionalmente...
- ¿¡Qué hacés!? -Le gritó el joven Nordo.
- Te salvo de una muerte segura -Le contestó bruscamente- A menos que quieras ir a aguantar Aggersborg.
- Mmm... Gracias, pero...
- Me sonás mucho, ¿tu padre estuvo alguna vez en Avalancha?
- ¡Eh, chico! -Gritó un enano cazador a lo lejos junto a un Utghar bárbaro- ¡Es él, es él!
- ¿Quién es él?
Ya estaban acercándose a Eferias... El cielo, mostrando la luminosa luna y las nubes negras que se aproximaban desde el sudeste predecía que esta guerra no iba a ser simple, o mejor dicho... estas guerras.
Al darse vuelta, un elfo oscuro con armadura plateada y negra, una larga capa roja y una reluciente corona sostenía un rapier de hoja color azul grisáceo.
Un fuerte golpe con la espada lo noqueó. Ella hizo venganza pegándole un "baculazo". El otro salió directo hacia el brujo, quien le pegó una brusca piña en el estómago. Ella lo apuntó al bárbaro y él al caballero. El hombre, medio atontado por el golpe, se paró con ayuda del caballero. Ambos miraron para atrás, pero con lo único con lo que se encontraron fue con dos espadas y dos caballeros.
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