lunes, 3 de noviembre de 2008

Parte uno - Día uno

Parte uno: Gemelos de distinta sangre.
Día uno: Enfrentándose a un atardecer.

Frío circulaba por aquel puente, el cual en un extremo tenía el más profundo de los calores... Y en el otro el más congelado de los vientos... Más de 50 moloks lanceros, con al rededor de 30 esquelios arqueros detrás, miraban el puente desde el lado de Ignis. Delante de ellos, un elfo oscuro caballero con el más largo de los rapiers le hablaba a sus hombres:

- ¿¡Por qué estamos en este puente!?
- ¡Para matar!
- ¿¡A quién debemos matar!?
- ¡A los alsirios!
- ¿¡Por quién los debemos matar!?
- ¡Por Ignis!
- ¿¡Por quién!?
- ¡Por Ignis!
- ¡POR IGNIS!

El rapier señaló al frente, al otro lado del puente: Alsius. Todos los lanceros y guerreros corrieron hacia aquel reino enemigo, cruzando el puente sin mirar a cualquier lugar que no sea el frente... Dos pinos se presentaban a la izquierda del puente y a la derecha una gran roca. Detrás de ella salió un caballero alsirio con la mirada en blanco, armado con una espada envainada y sin yelmo.

- ¿¡Quién se atreve a cruzar mi puente!? -Se escuchó una voz que no provenía de la boca de aquel Nordo. Era grave y aterradora, parecía salir de alguien muy poderoso- ¿¡Eh!?
- ¿De dónde proviene esa voz? -Dijo el elfo ignita nervioso. Detrás del alsirio salió un viento sospechoso y horroroso, una luz roja se veía a sus espaldas.
- ¿¡Te atrevés a cuestionarme!? ¡¡¡GRAAAAAAAAAAAA!!! -Un fuego se dispuso de la boca de aquel joven caballero enemigo, asustando a los ignitas y haciéndoles correr. Cuando ya se habían alejado, exceptuando al comandante quien estaba escondido detrás de una roca, una maga salió de atrás de la roca y otro caballero detrás de los pinos.
- ¡Jajaja! -Rió.
- ¡Estuvo genial! -Dijo el que habían visto los ignitas- ¿Vieron la cara del elfo oscuro? ¡Ja!
- Sí, estuvo muy divertido... ¿Pero si nos descubrían? -Comentó la maga pensativa.
- ¡Con los poderes que tenés, cómo nos van a descubrir! -Gritaron los otros dos al mismo tiempo.
- ¡No hice mucho!
- ¡Claro que no! Solamente hiciste un graaaaaan viento y una tenebrooosa luz roja detrás de Goll y que mi voz sonara como la de un monstruoso troll -La maga sonrió- ¡Ah! Y me olvidaba del fuego que hiciste que salga de la boca de nuestro amigo.
- Gracias... ¡Miren! -Señaló al elfo oscuro que se acercaba a ellos, era el comandante que se había espantado y estaba con ganas de clavar su rapier en carne alsiria.
- Gar Tik Nuu Min Ki Goof ("Así que eran unos chistocitos") -Dijo él- ¡Jak Su Kaa Ju Mef! ("¡Ya se la verán conmigo!")
- ¿Qué dijo, Thof? -Preguntó la maga temblando.
- Nada interesante... ¡Vik La Gu No Menta! ("¡Vuelve a tu reino!")
- ¿Uj Gaala Di Tu Mes? ("¿Por qué lo haría?") -Dejó una espantosa risa salir de su boca- ¡Gal Naar Ti Koo! ("¡Carne es lo que necesitamos!...") Vu Halla Si Ter ("...Para las hienas")
- ¿Kal Def Ni Halla? ("Qué tienen las hienas") -Thof miraba atentamente al ignita. Luego de unos segundos susurró:- ...Preparen sus armas...
- ¡Geef Ne Do Laam! ("¡Ellas estarán de nuestro lado!...") Fed Naar Kerm Mo ("...Si les damos carne fresca")
- ¿Og? ("¿Si?") -Los otros dos, aislados de la conversación, pudieron ver que su compañero hacía una seña con su mano... La cual les estaba indicando el "¡YA!". Ellos se prepararon, el ignita no se dio cuenta- ...Jad Fe Laabu ("Prueba esto entonces") ¡GRAA!

Una pelea de cuerpo a cuerpo se dio ese día: Thof contra el comandante de Ignis. Goll se quedaba con su espada detrás del ignita por si hacía algo imprevisto y la maga encantaba el lugar para que nadie pase por el puente. Esa tarde dejaron al elfo oscuro vivir, él corrió prometiéndoles que sus tropas no volverían a cruzar hacia Alsius, por lo menos no dirigidas por él. A la noche, los dos Nordos se fueron a beber hidromiel en una antigua taberna alsiria. Se emborracharon felices, como hacían siempre que volvían de la Zona de Guerra...

Fin del día uno.